La colaboración de otros conductores ha permitido a la Guardia Civil interceptar a dos hombres que circulaban bajo los efectos del alcohol, por la N-525 en Verín, y en Cenlle. En esta localidad, vecinos alertaron a la autoridad de que un hombre que salía de un bar bebido se disponía a conducir.

La primera llamada se produjo a las 15.10 horas del viernes 14 de julio. Un automovilista que circulaba por la N-525 (Benavente - Santiago) a la altura de la localidad de Pazos, en el municipio de Verín, informó de la presencia de un Peugeot 306 que hacía eses, invadiendo por momentos el carril contrario.

La central de Tráfico del instituto armado en Ourense movilizó de inmediato a todas las patrullas que se encontraban prestando servicio por el valle de Monterrei. El conductor sospechoso fue localizado en el kilómetro 182, cuando circulaba por el Alto das Estivadas. Fue sometido a la prueba de alcoholemia y arrojó un resultado positivo que superaba en más de 4 veces la tasa máxima permitida. En la primera prueba dio 1,13 miligramos por litro. En la segunda el resultado fue 1,1.

Uno tenía antecedentes

La Guardia Civil comprobó que el conductor, J. A. Q. F., ya contaba con antecedentes por hechos similares. Fue citado por los agentes que lo interceptaron para un juicio rápido ante el juzgado de guardia de Verín, en calidad de investigado por un delito vial.

El segundo aviso de otros conductores preocupados que recibió la Guardia Civil fue sobre las 22.30 horas del sábado 15. Varios vecinos de Cenlle alertaron de que un individuo acababa de salir de un bar de la localidad con evidentes síntomas de ebriedad. El hombre, sin embargo, se puso al volante de un turismo modelo Opel Vectra.

De igual modo que en el caso anterior, la central de Tráfico pasó un aviso a todas las patrullas de servicio por la zona, que localizaron el vehículo minutos después. El conductor, J. J. C. D., realizó dos pruebas de alcoholemia en aire: en la primera el resultado positivo fue de 0,82 miligramos por litro, subiendo a 0,85 en la segunda. Los agentes lo citaron en el lugar para que compareciera como investigado ante el juzgado de Ribadavia.

El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense destacó ayer, en un comunicado, que "cada vez son más las llamadas de alerta con las que ciudadanos anónimos ponen en conocimiento de las autoridades conductas de conductores peligrosos e irresponsables". El instituto armado reconoce el comportamiento de esos otros automovilistas, a quienes agradece que "también contribuyen a garantizar la paz en nuestras carreteras".

Recuerda la Guardia Civil dos casos precedentes de conductores infractores que fueron interceptados gracias a la colaboración ciudadana. El pasado mes de marzo, el aviso de un usuario de la autovía A-52 que siguió a un camión permitió detener a un chófer de 44 años y nacionalidad rusa, aunque con residencia en Portoalegre (Portugal), que circulaba desde A Gudiña a Verín, por la A-52, en zigzag y dando bandazos, en sentido Vigo. Sextuplicaba la tasa máxima de alcohol permitida para los profesionales, que es de 0,15 mg/l.

"No menos importante", destaca la Guardia Civil, fue la llamada anónima de una conductora que circulaba por la misma autovía, a la altura de Fumaces (Riós), detrás de un vehículo portugués, sin atreverse a adelantarlo porque avanzaba ocupando ambos carriles y temía verse envuelta en un accidente. Ocurrió el pasado mes de enero. Tráfico alertó a las patrullas de servicio en la A-52, estableciéndose un dispositivo que permitió avistar y detener el turismo en el kilómetro 143, en la salida de Riós. Cuando la Guardia Civil dio caza al conductor, comprobó que el vehículo figuraba como sustraído en el país vecino. Además, el piloto dio positivo en 4 de las 5 drogas que se analizan: cocaína, opiáceos, cannabis y anfetamina. Fueron detenidas las tres personas que viajaban en el vehículo.