Javier Cruz podrá disfrutar de su primer permiso penitenciario de 3 días tras haber pasado poco más de 7 años entre rejas de los 15 que debe cumplir por el crimen machista de la ourensana Laura Alonso, la joven de 19 años de Xestosa (Toén) a la que estranguló con una chaqueta el 24 de agosto de 2009. Después arrojó su cadáver al monte y trató de ocultar el crimen. La Audiencia Provincial de Ourense ha autorizado dicho beneficio, en contra del juez de vigilancia penitenciaria de Lugo -que también resuelve sobre los reclusos de Pereiro de Aguiar- y de la propia Fiscalía, ya que existe un peligro de fuga.

La decisión ha caído como un jarro de agua fría sobre los padres de la víctima, quienes además del dolor permanente de haber perdido a su única hija ya sufrieron un varapalo cuando el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) rebajó la condena inicial de 18 años de prisión, por un delito de asesinato, a un cargo de homicidio por el que impusieron 15 años de condena firma. Que el criminal que mató a su hija pueda salir ya a la calle con más de la mitad de la pena por delante les causa indignación. "Mató a una joven indefensa estrangulándola con una chaqueta y a los 7 años ya lo dejan salir; esto no es justicia, es injusticia", lamentaba ayer Cesáreo Alonso, el padre de Laura.

"Nunca se arrepintió de lo que hizo y ni él ni su familia han pedido perdón", se duelen el progenitor y Ramona Pérez, la madre. Cruz tuvo el derecho a la última palabra, tanto en el juicio celebrado ante un jurado en la Audiencia Provincial de Ourense, como en la vista de apelación que tuvo lugar en enero de 2013 en la sede en A Coruña del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). En ambos casos declinó tomar la palabra.

La concesión de permisos de salida autoriza a Javier Cruz a disfrutar de hasta 36 días al año. "Tiene más que yo de vacaciones", retrata, indignado, el progenitor. La familia estudia las opciones legales que les quedan para impedir o reducir las salidas del centro del homicida de su hija; para que las autoridades "recapaciten y den marcha atrás". El penal de Pereiro, cuya junta de tratamiento informó a favor en julio pasado pese a las ausencias de varios integrantes, se basa en que el condenado ha mantenido un buen comportamiento y en que se ha sometido a cursos de terapia contra la violencia de género. "¿Qué importa eso? Lo que valdría es que se hubiera portado bien en la calle", subrayan los padres de Laura.

Casos como el de su hija, que movilizaron a la sociedad ourensana, siempre reabren el debate sobre si las penas por delitos contra la vida son suficientes. "Nosotros creemos que deberían endurecerse. Pero si no quieren, al menos que le caiga íntegra, sin permisos. Pero la justicia es así, no es justa con los pobres como nosotros. ¿Qué pensará la Guardia Civil y otras persona que trabajaron tan duro en este caso?". "Dicen que la justicia es igual para todos y el 25 de noviembre se les llena la boca a los políticos, salen en la foto y nada más, no ayudan a nadie".