El juez pide dos informes a los Bomberos que pueden agravar la pena al homicida de Milia

Plantó fuego al piso de la víctima para borrar pruebas - Los casos graves se castigan con hasta 20 años -Autorizan que un psiquiatra examine su estado tras su intento de suicidio en prisión

El piso donde vivía el fallecido, acordonado tras el crimen. // Iñaki Osorio

El piso donde vivía el fallecido, acordonado tras el crimen. // Iñaki Osorio

Ourense

"Los que provocaren un incendio que comporte un peligro para la vida o integridad física de las personas, serán castigados con la pena de prisión de 10 a 20 años", dice el Código Penal. Si el riesgo no llega a tanto, el castigo se reduce notablemente y el hecho pasa a calificarse como un delito de daños. El homicida confeso del exfarmacéutico Tomás Milia volvió horas después al escenario del crimen para quemar la vivienda. Pretendía borrar pruebas, según la investigación. Antes de que el implicado se siente en el banquillo, la justicia quiere que los expertos informen sobre la gravedad del incendio. A petición de la Fiscalía y tras la orden de la Audiencia, el juez instructor, Leonardo Álvarez, ha pedido la versión de los Bomberos. Su informe tendrá valor de prueba pericial.

Los especialistas deberán aclarar si el fuego provocado en la vivienda de Curros Enríquez donde residía de la víctima, en mitad de la madrugada del 4 al 5 de octubre de 2013, "pudo propagarse a las restantes viviendas del edificio, con riesgo para la vida o integridad física de los restantes moradores", plantea el juez. Leonardo Álvarez consideró que sí en el auto en el que procesó al homicida confeso, Alexandru Marius Luca, por los supuestos delitos de homicidio o asesinato, robo con violencia, incendio y atentado.

Dependiendo de la valoración de los especialistas de Bomberos, la condena a la que se expone el joven rumano podría aproximarse a 50 años de prisión. Luca fue detenido por haber regresado al escenario del crimen para incendiar la vivienda. Horas antes, y después de una supuesta discusión por dinero tras una relación sexual contratada, el joven rumano le habría asestado tres cuchilladas. Se marchó por primera vez del domicilio y logró huir de agentes de Policía que lo vieron salir a primera hora de la madrugada Entonces, cuando ya había cometido el crimen pero aún se desconocía, los agentes le incautaron relojes de lujo de la víctima pero no pudieron evitar que huyera. Uno de los agentes llegó a ser embestido por su coche.

El presunto homicida volvió sobre las 5 de la madrugada. Tras aplicar lejía al cadáver e introducirlo en la bañera -el lugar donde fue encontrado por los Bomberos durante su servicio de extinción-, fue interceptado a pocos metros con prendas ensangrentadas, un juego de cuchillos y las llaves del piso, que dejó cerrado. Arrojó a una papelera cercana el arma homicida.

La baza de la defensa

Con todos los indicios sobre la mesa y tres acusaciones en contra -la Fiscalía, el hermano de la víctima y su viudo, con el que ya no convivía-, la defensa busca elementos para atenuar la condena. En septiembre de 2014, el rumano se tiró desde un tejado de la prisión de Pereiro tras un percance con un funcionario. El juez autoriza que un psiquiatra lo examine para evaluar sus capacidades para razonar y tomar decisiones.

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