El embalse de Cachamuiña, uno de los que, junto con el de Castadón abastece a Ourense, está bajo mínimos de capacidad y de insalubridad este verano. La contaminación por algas tóxicas, producidas por los vertidos de residuales, y que convierten sus aguas en un hábitat incompatible con la vida, según la Plataforma Ciudadana Ríos Limpos, es una de las lista de más de 34 denuncias por casos de grave de contaminación fluvial que ha ido presentando este colectivo altruista y que siguen sin respuesta por parte de las administraciones.

En el caso del embalse de Cachamuiña, el origen de la contaminación roza lo onírico: está contaminado porque el Concello de Pereiro de Aguiar, tiene una depuradora instalada desde hace cuatro años, pero no funciona, por lo que el vertido de decenas de viviendas particulares de ese municipio, y sobre todo de los más de 700 reclusos y trabajadores de la prisión provincial de Pereiro de Aguiar, vierten directamente todos sus aguas residuales al río Gruñal, según la plataforma, que es el que desemboca directamente en el putrefacto embalse de Cachamuiña, convertido así en aliviadero.

La política de depuración de aguas residuales que tantos capítulos ha llenado en los últimos meses en la provincia por el tema de la UE, alcanza lo insólito en Pereiro de Aguiar, donde se invirtió en 2010 un millón de euros en construir su depuradora, pero el concello, asfixiado por las deudas en aquel momento no tenía dinero para ponerla en marcha y sigue sin ser inaugurada desde entonces.

El municipio de Pereiro decidió pagar un canon anual al municipio vecinos San Cibrao das Viñas para que la depuradora de ese concello se encargue al menos de reciclar los vertidos fabriles de Pereiro de Aguiar y de todas esas grandes de este último municipio, cuya depuradora sigue sin funcionar.

Según los colectivos ecologistas volvió a ser un nuevo sin sentido, teniendo en cuenta el récord de denuncia que suma el ayuntamiento de San Cibrao da Viñas por vertidos contaminantes en el río Barbaña a su paso por el Concello de Ourense, dado que su depuradora es también incapaz para asumir el correcto tratamiento de los peligrosos residuos fabriles que produce la gran área industrial (más de 300 empresas) de San Cibrao.

El alcalde de Pereiro de Aguiar, el popular Eliseo Fernández asegura que las obras de la última fase de la depuradora están rematadas y esta funcionará en breve este mismo año.En todo caso "no hay viviendas que estén contaminando el embalse de Cachamuiña ni ningún río porque hay depuradoras pequeñas y las casas que se van a conectar a esta depuradora central que llevaba desde 2010 parada, están conectadas de forma provisional, a la depuradora de San Cibrao. Que no inventen cosas".

Pero este complejo tapiz de incongruencias de medioambientales según reconoce Ríos Limpos, Cachamuiña se convertía esta misma semana en objeto de interés por parte de la oposición de Pereiro Pereiro de Aguiar, concello en el que ase asienta este embalse que a El PSOE de Pereiro pidió al municipio de la capital que deje de bombear agua de esta presa ya casi desecada (cada año por estas fechas para el bombeo y se recurre al bombeo del Miño) lo convierta en lugar de ocio y disfrute. De momento nadie ha movido ficha. Como respuesta de nuevo, el silencio a administrativo.