Después de que varios alcaldes populares se reunieran para demandar un impulso a la autovía A-56 entre Ourense y Lugo, el grupo de gobierno de la Diputación de Ourense lleva hoy al pleno una moción "para que se aceleren las obras y todos los trámites administrativos" de una infraestructura "parada", dicen sin componendas. Es uno de los puntos del día de una densa sesión, con más de una veintena de temas sobre la mesa, y que vendrá antecedida por el debate sobre el caso de las depuradoras por la devolución forzosa de 10,12 millones de euros de fondos de la UE.
El PP de Baltar también quiere que el ministerio de Fomento de Ana Pastor consigne en sus presupuestos "la cantidad necesaria para la finalización urgente de una infraestructura de gran importancia para el desarrollo y la supervivencia del interior gallego", una dosis de oxígeno para "una de las zonas más deprimidas de Galicia". Apela a la "justicia social y la compensación territorial". Sin la infraestructura, además, "quedan descolgados de todo enlace" parques empresariales e industrias, subraya el grupo de gobierno. La A-56 entre Ourense y Lugo también ahorraría costes de transporte, entroncaría con otras vías de alta capacidad y ofrecería una vía de salida al norte de España y Europa.
Peligro en Ourense-Cambeo
La moción también apunta a la peligrosidad de la N-525 entre Ourense y Cambeo, una de las vías principales de entrada y salida de la capital en la que se han producido varios accidentes mortales durante años pese a medidas como la instalación de un radar, reducciones del límite o la prohibición de adelantamientos. Con un trazado sinuoso de unos 10 kilómetros "en el que resulta temerario superar los 50 kilómetros por hora", el gobierno urge acelerar el tramo de la autovía A-56 de Ourense a Cambeo.
En junio de 2013 se aprobó el expediente de información pública del proyecto de este trazado, valorado en unos 95 millones de euros, pero son necesarios ajustes de trazado que requerirán una consulta ambiental y repetir el trámite de información pública.
