Concepción Outeiriño es una de los pocos trabajadores de la lista de los 104 que estuvo contratada por más de 3 meses. Baltar la empleó para impartir un taller de telares en el Centro Popular "Xocas" en el primer semestre de 2010. La mujer estaba citada para el martes pero no se presentó al juicio. Poco después estaba en el acto de inauguración del museo del traje folclórico, con representantes de la Xunta y de la propia Diputación. Pese a que consta un acuse de recibo suyo firmado en marzo, la testigo aseguró a la juez ayer que "no me llegó la citación". El Penal Número Uno envió a la policía a su domicilio, anteayer, para notificarla en persona. "Parecía una película de ciencia ficción", dijo. Según ella, se enteró de que debía testificar por un periódico y fue a la oficina judicial.

También cumplió con la obligación legal A.I.B.A., la testigo, con la identificación triplicada con apellido erróneo o nombre repetido, que el miércoles "no existía" tras haber puesto como domicilio el de la propia Diputación. La testigo, cuyo padre fue afiliado al PP según dijo en instrucción, fue destinada como auxiliar a Boborás.

El interrogatorio a los supuestos enchufados de José Luis Baltar concluyó ayer con la misma línea argumental de todos los trabajadores que acudieron a declarar. La mayoría encadenó contratos temporales en la Diputación de Ourense a lo largo del tiempo. En 2010, el periodo que se investiga, se incorporaron a los pocos días que los llamaran, en un proceso restringido, sin publicidad que eludió presuntamente los trámites legales para evitar retrasos y libre concurrencia. Años antes, aseguraron varios, habían presentado currículo o superado pruebas de selección. Las medidas de ajuste de Baltar hijo tras su llegada al poder, a principios de 2012, enseñó la puerta de la salida a varios. Bien con un ERE o la no renovación de interinos.

El PSOE no cree a testigos

La acusación del PSOE sospecha que los testimonios de los contratados fueran preparados. Varios de los que han sido interrogados reconocieron haber pasado por el despacho de abogados de la defensa en el momento de la instrucción, pero rechazaron de plano haber sido dirigidos. Acudieron al bufete por su prestigio para informarse de los pasos a seguir tras ser citados.