El baño castrexo se usaba en las zonas bajas próximas a la muralla y a nacimientos de agua, y estaban constituidos por un vestíbulo, una antecámara y un horno.

Lo usaban colocando piedras directamente sobre el fuego, que al calentarse el ambiente se producía un baño de sudor seco. Después las piedras se trasladaban a una cámara, donde arrojando agua sobre ellas, se obtenía vapor para un baño húmedo.

La antecámara tenía función de habitación de reposo con bancos adosados a los muros. Finalmente, el depósito de agua del atrio de conducción y desagüe sería para baños y abluciones de agua fría.

Y aunque serán los romanos los que pasarán a la historia por sus famosas termas, como se puede ver en San Cibrán de Lás, en la Galicia existían ya saunas donde nuestros ancestros disfrutaban de estimulantes baños.