El presidente de la Diputación, José Manuel Baltar, venció ayer uno de los obstáculos con los que se ha encontrado en el proceso de externalización del servicio integral de la basura al cerrar el acuerdo con el comité de empresa respecto al destino del personal adscrito a este departamento. Tras un año de negociaciones y nueve reuniones de la comisión, las partes llegaron por fin a un acuerdo que garantiza el futuro laboral de los 65 trabajadores adscritos. Todos ellos mantendrán su contrato en la empresa que resulte adjudicataria y tendrán derecho al retorno a la Diputación o a los concellos en el caso de despido. Sus condiciones laborales serán las mismas que tienen en la actualidad recogidas por convenio.

El cambio de modelo en la gestión de la recogida de la basura incluido en el plan operativo OU92 que diseñó Baltar a su llegada a la Diputación acumula casi un año de retraso. La primera fecha que puso el presidente fue junio de 2013, pero el absentismo de algunos alcaldes contrarios a la privatización, la falta de acuerdo sobre el pliego de condiciones técnicas y la reticencia del comité de empresa retrasaron el proceso primero al 1 de enero de 2014 y después a una fecha indefinida. Tras pactar ayer un acuerdo con los trabajadores, Baltar ya fija fecha y anuncia que el cambio de modelo se producirá a partir del 1 de enero de 2015. Lo que se constituirá es una sociedad mixta, pública y privada, para la gestión medioambiental de la recogida de residuos similar a AquaOurense con el ciclo de agua. En la actualidad, medio centenar de concellos tienen delegada en la Diputación esta gestión.

José Fírvida se mostró ayer satisfecho con el acuerdo logrado porque "garantiza el puesto de trabajo y las condiciones laborales actuales". Es lo que demandaba el comité de empresa desde el inicio de la negociación cuando se planteó la desvinculación de la plantilla. "No queremos que se privatice, pero si se llega a hacer queremos que se haga con todas las garantías laborales", señaló Fírvida.

En el caso del personal laboral fijo, el traspaso a la empresa privada constará como una excedencia especial por lo que los trabajadores podrán volver a la Diputación en cualquier momento. Los indefinidos, adscritos a los concellos, también mantienen su puesto, incluso si el concello decide rescatar la gestión.

Baltar afirmó ayer que con este acuerdo, la externalización "se encara con absoluta solvencia, ya que cuenta con el aval del personal, que no perderá su puesto de trabajo".