Jesús Conde ha decidido no poner la otra mejilla. Los feligreses de las parroquias de Punxín y Freás no lo quieren y el párroco optó por presentar al obispo su renuncia, y lo hizo el lunes, un día antes de que los vecinos hicieran su petición de forma oficial y seguida de un escrito de firmas de protesta. "Nos dijo que no tiene sentido continuar como párroco allí donde no lo quieren; por eso continuará en cuatro parroquias que llevaba desde hace años, pero presentó su renuncia al obispo el lunes en las de Freás y Punxín y el obispo se la ha aceptado" , explicaba ayer José Pérez Domínguez, vicario de Pastoral de la Diócesis. Ambos pueblos quedan por ahora sin misas y el Arciprestazgo de O Carballiño, al que pertenecen, enviará un sacerdote para "casos especiales", como los funerales en tanto no haya relevo.

Las ya cacareadas homilías en las que el párroco se refirió a las mujeres como adúlteras y a los hombres como viciosos y aficionados al vino, que preferían visitar la taberna que cumplir como cristianos, le valieron al cura la condena humana, que no divina, de parte de la feligresía de estas dos parroquias de las que se había hecho cargo en febrero, por enfermedad del anterior sacerdote.

Sospechas

A eso se sumaron las sospechas sobre el estado de alguna cuenta parroquial, en la que los vecinos habían depositado parte de la recolecta de los estipendios a San Wityla para las fiestas, otra cuestión de tanto peso para los vecinos, como las espirituales.

El vicario de Pastoral y el vicario de Medios Jorge Estévez recibieron ayer en el Obispado de Ourense a una representación de los vecinos en conflicto y escucharon sus quejas. Estos recordaron que el párroco se negaba a dar la comunión a los que viven en pareja o a informar de funerales y oficiarlos si no hay minuta por medio.

Pero Jesús Conde ya había presentado la renuncia el lunes. "Ta vez no fueron bien interpretadas sus palabras", explica el vicario de Pastoral, en referencia a que el párroco cuando hablaba de vicios, y de mujeres que abortan y "sin sentimientos", "tal vez se refería a un modelo social que le preocupa y no a sus feligreses". El problema será ahora encontrarle sustituto. El Arciprestazgo de O Carballiño, al que pertenecen Punxín y Freás, decidirá como actuar hasta que aparezca ese relevo.

"Lo forzaron a irse"

"Por su parte los vecinos de Punxín y Freás que acudieron a la reunión de ayer, entre ellos Jonathan Veiga, el mediático sacristán que, harto de que el cura amenazara con negarle la comunión por vivir "en pecado", entregó las llaves al cura este fin de semana en presencia de las cámaras de televisión, como en el mítico cuadro de la rendición de Breda, se mostraba satisfecho ayer con la decisión aunque creen que "lo forzaron a irse, no se fue voluntariamente ".

Tras el encuentro con los vicarios, Jonathan está dispuesto a retomar su puesto como sacristán y a volver a tañer las campanas, mudas desde que se abrió la guerra entre el párroco y el sector díscolo de su feligresía.

"Ayer en el Obispado nos pidió perdón por lo que dijo el sacerdote", afirma Jonathan, y se comprometieron a poner al día la cuentas parroquiales, en el supuesto de que haya anomalías. No se creen que el sacerdote se haya ido porque sí, "yo creo que se le presionó; por una parte pudo ser voluntario, pero también estoy seguro de que lo presionaron".

Ayer el vicario de Medios reconocía que "tal vez ha fallado la comunicación entre el cura y los feligreses". Estos últimos creen sin embargo que el párroco "ha hablado demasiado".