Más de 40.000 fieles iluminaron la noche con la luz de sus antorchas en la procesión de Fátima

Cuarenta efectivos de Policía Local y Protección Civil velaron por la seguridad de los asistentes a la cita religiosa más participativa de la Diócesis - El obispo ofició la misa de madrugada desde la catedral

Vista  de la Procesión de las Antorchas  en O Couto. // Iñaki Osorio

Vista de la Procesión de las Antorchas en O Couto. // Iñaki Osorio

M.J.ALVAREZ | OURENSE

Los fieles no fallaron y más de 40.000 ourensanos, según las estimaciones de los organizadores, llegados de los más distantes puntos de la Diócesis y de otras provincias gallegas participaron en la Procesión de las Antorchas, en honor de la Virgen de Fátima del barrio de O Couto, en un reguero de luz que iluminó la noche con las velas encendidas que portaban cada uno de los participantes y el murmullo de los transistores, desde los que siguieron, ya pasada la medianoche, la misa radiada oficiada por el obispo.

La demostración de religiosidad mariana más participativa de la provincia no defraudó, y con la complicidad de una noche y madrugada de tiempo primaveral, el reguero de fieles comenzó a acercarse al santuario de O Couto ya desde últimas horas de la tarde, obligando a acelerar la puesta en marcha del operativo de seguridad y control de tráfico desplegado por Policía Local y Protección Civil y en el que participaron de forma directa más de 40 efectivos.

Siguiendo ese ritual no escrito de esta Procesión de las Antorchas, que cumple ya más de medio siglo, la imagen de la Virgen de Fátima, una pieza de bella factura encargada precisamente en su día a artistas lusos, de ahí su similitud con la original del santuario de Fátima en Portugal, la talla que se venera durante todo el año en la iglesia de O Couto partió ricamente engalanada con un tapiz de flores en dirección a la catedral de Ourense.

Según fuentes de la Policía Local, casi una hora antes del inicio de las procesión, cuya salida estaba prevista para las 22. 45 horas, se puso en marcha ese plan especial de tráfico con el corte de la circulación rodada en todo el tramo que va desde Ervedelo, Alférez Provisional, Progreso, antigua Cruz Roja, Lamas Carvajal, Plaza de San Eufemia y Juan de Austria, ya en el casco histórico.

Cuando la imagen mariana y con ella la cabeza de la marcha procesional llegó, pasada la medianoche, a la catedral para ocupar el altar mayor durante la misa presidida por el obispo de la Diócesis, Leonardo Lemos, la cola de la procesión estaba aún en Ervedelo. De ahí la proliferación de pequeños transistores entre los fieles para poder participar de una misa, imposible de seguir, de otro modo, desde el interior de la seo catedralicia, abarrotada ya desde horas antes del inicio de la misma.

Un total de 18 policías locales velaron por la seguridad y control de tráfico a lo largo de todo el recorrido. Por su parte Manuel Fernández, responsable del servicio de Protección Civil del Concello de Ourense, ultimaba ayer el dispositivo de seguridad, integrado por 20 voluntarios, dispuestos a lo largo de todo el trayecto de la procesión y que estuvieron apoyados también por dos ambulancias del servicio, ubicadas en puntos estratégicos, así como por una moto de Protección Civil con equipamiento de primeros auxilios, "para poder actuar con rapidez en caso de que pudiera producirse algún desvanecimiento o cualquier otra indisposición, pues sabemos que no hay espacio físico en una procesión con tantos miles de participantes para que llegue con rapidez una ambulancia hasta el lugar donde se produzca la emergencia", explicó.

Pero no hubo problemas. Rematada la misa, en torno a la una de la madrugada, solo una parte de los fieles volvió acompañando a la imagen mariana de regreso al santuario de O Couto, cuya carroza iba custodiada por dos patrullas de Policía Local. Solo entonces volvieron a reabrirse al tráfico las calles de la zona centro con normalidad.

La imagen de la Virgen de Fátima volvió a su emplazamiento original tras nueve días de misas y ofrendas en su honor, que convirtieron el populoso barrio de O Couto en epicentro de la religiosidad diocesana.

Pero ahora, tras la devoción, todo está preparado ya para la diversión, pues este fin de semana comienzan la fiestas mayores del barrio, tres días de incesante oferta, deportiva y musical, amén de uno de los parques de atracciones más variados. Para no perdérselo.

Tracking Pixel Contents