Adiós al abogado que sentó cátedra

El mundo del Derecho llora desde ayer a uno de sus nombres de prestigio, un togado que trascendió los despacho. "Es una pérdida irreparable para la abogacía gallega y española", lamentaba Arturo González, decano del Colegio de Abogados de Ourense. El prestigioso letrado Emilio Atrio Abad, colegiado número 33, decano durante una década así como cargo honorífico y medalla de oro del colegio, falleció a los 82 años, tras más de medio siglo de ejercicio y un currículo en el que destaca, además, su labor en el Consello Social de la Universidad de Vigo desde 2003 a 2011. Los expresidentes Fraga y Touriño confiaron en él. El reputado jurista será incinerado esta tarde en la estricta intimidad de su familia después de una misa funeral, a las 6, en la parroquia de María Auxiliadora.

Familiares, allegados y decenas de representantes del mundo del derecho -letrados, fiscales y jueces- y de la política dieron el último adiós al conocido abogado durante la tarde de ayer en la sala número ocho del tanatorio de As Burgas. Su fallecimiento pone el punto y final a una dilatada carrera de medio siglo de dedicación a la abogacía y una estrecha vinculación a actos sociales. Su último gran caso fue la defensa de José Luis Baltar, expresidente de la Diputación Provincial de Ourense que en, verano, se sentarán en el banquillo por presunta prevaricación continuada en 104 contratos.

Licenciado a los 22 años por la Universidad de Santiago de Compostela, Atrio Abad constituyó en 1960 su despacho letrado, uno de los más reputados de Galicia, y en el que actualmente están integrados nueve abogados. Por el bufete han pasado más de un centenar de pasantes. Durante una década fue abogado de la extinta Caixa Ourense. En 1989 el Ministerio de Justicia le impuso la Cruz de Honor San Raimundo de Peñafort. La Xunta le concedió en 2005 la Medalla de Plata de Galicia.

Arturo González guarda con nostalgia el momento en el que impuso al fallecido Atrio Abad la medalla de honor del Ilustre Colegio de Abogados de Ourense. El prestigioso jurista deja su nombre a uno de los despachos más destacados de la comunidad. Para el decano de los letrados, el fallecimiento de Atrio "supone una pérdida irreparable para la abogacía gallega y española". Del "colegiado número 33 desde el año 1958$, tal y como Arturo González destacaba ayer, el colegio provincial resalta su "lealtad profesional como abogado, el respeto a la palabra dada, que tiene que respetarse a ultranza, además de su brillantez". También, su "promoción de Ourense en todos los ámbitos".