El Seprona destaca que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los países controlar los niveles de arsénico en agua potable y los alimentos ante el riesgo de cáncer y otras enfermedades como las patologías cardiovasculares. De hecho, este organismo de Naciones Unidas ha subrayado la importancia de limitar la presencia de este elemento en el agua.

Los síntomas inmediatos de intoxicación aguda por arsénico incluyen vómitos, dolor abdominal y diarrea. Seguidamente, aparecen otros efectos, como entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies o calambres musculares y, en casos extremos, la muerte.

Los primeros síntomas de la exposición prolongada a altos niveles de arsénico inorgánico -a través del consumo de agua y alimentos contaminados- se observan generalmente en la piel e incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas, durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis).

Estos efectos se producen tras una exposición mínima de aproximadamente cinco años y pueden ser precursores de cáncer de piel. Además de esta dolencia, la exposición prolongada al arsénico también puede causar cáncer de vejiga y de pulmón.

El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado el arsénico y los compuestos de arsénico como cancerígenos para los seres humanos. El arsénico presente en el agua de bebida también ha sido incluido en esa categoría.

Los síntomas y signos asociados a elevados niveles de exposición prolongada al arsénico inorgánico difieren entre las personas, los grupos de población y las zonas geográficas. No existe pues una definición universal de las enfermedades causadas por el arsénico, lo que complica la evaluación de su carga para la salud.

De modo análogo, no existe tampoco un método para distinguir los casos de cáncer causados por arsénico de los inducidos por otros factores, por lo que se carece de una estimación fiable de la magnitud del problema a nivel mundial, destaca el Seprona en el informe que aportó a la instructora del caso Pokemon, Pilar de Lara.

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