Es una constante en los últimos años. Colectivos vecinales vienen alertando sobre los recortes sistemáticos que sufren los denominados presupuestos participativos, una promesa electoral del exalcalde socialista, Francisco Rodríguez, imputado en la operación Pokémon, y que fue asumida con la llegada al gobierno de la ciudad por el bipartito, que conformaron socialistas y nacionalistas durante el pasado mandato, y a comienzos del actual hasta 2012.

Para el presidente de la asociación de vecinos "Carlasca" en A Carballeira, Arturo Rodríguez, uno de los más combativos en las reivindicaciones vecinales, los datos no dejan lugar a dudas y son de lo más reveladores: "La promesa inicial fue de asignar un millón de euros en los presupuestos cada año para las obras prioritarias y actuaciones en barrios, pero nunca se llegaron a presupuestar".

La cifra que se asignó, que resultó ser la de mayor cuantía económica durante estos años, ascendió a 400.000 euros, pero en años sucesivos fue sufriendo recortes considerables, y así en el borrador de presupuestos para este año presentado por el gobierno socialista se fijan 120.000 euros para el "orzamento participativo e obras en Asociaciones de Vecinos". Rodríguez proclama que esto "lo dice todo", especialmente "la voluntad que tienen con los barrios y las zonas del rural, que son las más necesitadas".

Una consideración con la que coincide plenamente el miembro de la federación vecinal "Miño" de Asociaciones Vecinales en el Rural y presidente de la asociación de Velle, Claudio Añel, que resume su sentir en un más que expresivo: "Esto no tiene nombre. Se ven cosas increíbles, y esta es una de ellas".

Los dos responsables vecinales aseguran que luego se "dilapida" el dinero de todos los ourensanos en otras cuestiones, mientras que por parte de las asociaciones de vecinos se tiene que "mendigar" para poder llevar a cabo diferentes actividades.

Sobre esta cuestión, Arturo Rodríguez considera que todo esto pasa debido a que desde "el movimiento vecinal de Ourense no hacemos fuerza". Es por eso que se pregunta: "¿Donde está el movimiento vecinal con todo lo que está sucediendo en el Concello?", en alusión a la situación en la que se encuentra el grupo de gobierno socialista, dividido, una situación que afecta a los ciudadanos directamente.

De ahí que considere necesario que por parte de las dos federaciones vecinales, tanto Limiar como Miño, se convoque una asamblea en la que se acuerde ir al Concello a reclamar que ese presupuesto participativo cuente con una partida que permita dar respuesta a las principales necesidades, en función de lo que le trasladen todas las asociaciones.

Sostiene Rodríguez que las asociaciones de vecinos "realizamos una labor que ellos -en referencia al Concello- no hacen". En cuanto a las responsabilidades de todo lo que está sucediendo, tanto el presidente de la asociación "Carlasca", como Claudio Añel, las dirigen hacia el alcalde Agustín Fernández, pero el presidente de "Carlasca" va más allá y sentencia que de seguir con esa hoja de ruta de recortes "van a acabar con la Concejalía de Participación Ciudadana y con su responsable, María Devesa", que es una de las que forman parte del grupo de ediles críticos.

Obras e infraestructuras

Los últimos acontecimientos relacionados con el grupo de gobierno, con el cese del concejal responsable de Infraestructuras, Rodríguez Penín, por parte del alcalde por considerarlo el líder de los ediles críticos, llevó consigo que los colectivos vecinales mostrasen su preocupación ante la posibilidad de que no se cumplieran los compromisos adquirido en materia de inversiones en diferentes barrios de la periferia y en la propia zona rural.

Una reunión que mantuvieron con el alcalde y la concejal de Urbanismo y que también lleva ahora el área de Infraestructuras, Áurea Soto, vino a calmar los ánimos y la preocupación existente, al asumir Agustín Fernández que se cumpliría con los proyectos que se habían acordado. El regidor no descartó que se puedan incrementar otro tipo de actuaciones.

Aunque a la hora de concretar, a través de una comunicación oficial por parte del Concello, es cuando los colectivos vecinales advierten la falta de algunas de esas obras, y es por eso que de nuevo reclamaron al alcalde que se fuese más concreto y se plasmasen en los presupuestos para 2014, que se encuentra en fase de borrador, las cuantías económicas y los plazos de ejecución de todas esas actuaciones, y de esa forma evitar cualquier tipo de dudas.