Una cocina de leña, a la que se sumó la de butano y una nevera, pese a la resistencia del patriarca de las letras gallegas

La vivienda de Otero Pedrayo tiene un pasillo espacioso y con grandes ventanales al patio, que transcurre perpendicular desde la fachada al fondo del inmueble. A la izquierda, las habitaciones del servicio y el cuarto de la calefacción a gasoil y leña, instalada en los años sesenta. Al fondo, una cocina de leña, llamada "económica", junto a la que incorporó la de butano, en los últimos años de su vida, y una nevera, a lo que Don Ramón se resistía, al preferir la fresquera, pero acabó accediendo, por la conveniencia de conservar medicamentos y natillas.

Valdehorras mostró ayer a los visitantes "el único cuarto de baño" que queda en Ourense de principios de la década de los sesenta, que está instalado como "un lujo para aquella época, a la altura del mejor hotel".

El edificio conserva las escaleras de castaño y piedra, en el último tramo, en las que Risco casi se rompe la cabeza en más de una ocasión, por las aparatosas caídas que sufrió durante su infancia, en el primer tramo, que entraña cierto peligro. También se conserva el Patio de los Gatos, que bautizó Risco de esta forma, después de pasar horas contemplando las evoluciones de los felinos por los tejados.

Todo el mobiliario y los fondos bibliográficos se trasladaron al Pazo de Trasalba, por lo que en la actualidad el edificio presenta las paredes desnudas, con el suelo de castaño en buen estado y sin que llueva dentro, al reparar la cubierta, mientras que las maderas del primer piso están en peor estado de conservación.

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