"Estoy dispuesto a volver a colaborar con este servicio si me necesitan", afirma el cirujano al que jubilaron

Nunca hubo una sola denuncia en el servicio de Cirugía Pediátrica del complejo hospitalario de Ourense. Nunca una queja. Había un equipo completo en número y entre ellos un cirujano dispuesto a hacer todas las guardias precisas, y con una experiencia de más de 30 años que no será fácil de suplir: Manuel Garrido Valenzuela.

Pese a que su a jubilación forzosa dejó en mínimos el área de Cirugía Pediátrica del CHUO (cosa que debía haber previsto la gerencia), Garrido Valenzuela ya está trabajando y ha puesto sus miras en la sanidad privada. Cree que un cirujano no debe dejar de operar nunca y para él las operaciones pediátricas son una profesión "y un regalo, pues coger a un niño de meses y poder operarle con buenos resultados es una satisfacción. Son los pacientes más agradecidos", indica en relación con la, a menudo, buena recuperación de los mismos.

"Tengo un enorme cariño por el servicio de cirugía pediátrica del CHUO y me da pena lo que está pasando. Por eso, por el bien del mismo, estoy dispuesto a echar una mano si me necesitan, hasta que solucione el problema, pese a que yo ya tengo mi vida encarrilada", afirma el cirujano.

Fuentes próximas al servicio en el que Garrido ha trabajado apuntan que solucionar el problema de cirugía es solo "cuestión de imaginación", pues se trata de darle turno de tarde al nuevo contratado, y luego las guardias que no queden cubiertas, realizarlas mediante un cirujano tutorizado, es decir que pide consejo al especialista en caso de duda y recaba incluso su presencia, si alguna operación pediátrica es compleja.

Tracking Pixel Contents