Once equipos militares se reparten entre Chandrexa de Queixa (4), Viana do Bolo (3) y Trasmiras (4) en misión de vigilancia en los montes del sureste de Ourense para disuadir a incendiarios y alertar, a tiempo, de nuevos focos. El dispositivo, operativo desde el 15 de julio al 15 de septiembre dentro de la conocida como "Operación Centinela", cuenta con vehículos ligeros y equipamiento para observación y ubicación en el terreno. Han detectado nueve incendios, seis de ellos conatos, el mayor en Chandrexa, de 100 hectáreas. Sin embargo, ni un solo responsable. Los trayectos de las unidades llegan hasta los 250 kilómetros al día. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, confía en que el "refuerzo de la vigilancia" entre las fuerzas de seguridad -75 autores de incendios han sido imputados en lo que va de año- y los militares permita que "todo el peso de la ley" caiga sobre los autores, incluida la "reparación con su patrimonio del daño causado".