Marga Martín llegó adelantándose a la hora, guardó silencio al primer intento de los periodistas por recabar sus palabras, y abandonó el edificio de juzgados acompañada por su abogado y "encantada", dijo a su salida, accesible esta vez sí. La concejal permaneció en una dependencia con su letrado hasta las 9,45 y evitó la ráfaga de fotografías de su entrada en la sala judicial. Se prohibió a los gráficos tomar imágenes en la antesala. Los flashes arreciaron a su salida, cumplido el mediodía, tras dos horas de declaración.