José Miguel Martínez Campos, el principal sospechoso según los investigadores del doble asesinato de Taboadela sin resolver desde 2009, el hijo del matrimonio muerto a a tiros, se ha librado por el momento del que supondría su cuarto proceso judicial. El más cruento ha desencallado tras meses sin avances conocidos y está a punto de llegar a juicio, si la juez instructora acepta la solicitud del fiscal para que el proceso iniciado hace cuatro años y que motivó la detención en dos ocasiones del imputado -excarcelado después otras dos veces- llegue a la Audiencia para que un tribunal del jurado tenga la palabra final.

Días antes del violento crimen el presunto parricida, que declaró no haber empuñado un arma nunca en su vida, amenazó con una pistola y maniató en su casa a un amigo y compañero de trabajo que logró desembarazarse y reducir al sospechoso. Así lo ratifica una condena firme en segunda instancia que, desde hace algo más de un mes, mantiene en prisión a José Miguel Martínez Campos. Su defensa, que ya logró su puesta en libertad en dos ocasiones, acaba de recurrir en amparo al Tribunal Constitucional solicitando, expresamente, la excarcelación del ourensano hasta que no se revise el asunto "por vulneración de la presunción de inocencia y el ataque a la tutela judicial efectiva por habernos negado una reconstrucción de hechos", explica su letrada.

La sucesión de casos con la justicia -referidos a apenas unos meses de diferencia entre 2008 y 2009- se completa con dos más que no han llegado a puerto. Martínez Campos fue implicado en la emboscada y tiroteo a un compañero de trabajo brigadista cuyo ataque nunca se aclaró. Los investigadores atribuían los hechos de septiembre de 2008 a Martínez Campos por una posible venganza de celos contra la víctima, que recibió impactos de bala en la zona de los genitales y a punto estuvo de perder la vida. Solo un mes antes, el sospechoso había finalizado una relación sentimental con otra compañera de la misma brigada.

El caso terminó en el cajón del mismo modo que ha sucedido con el cuarto proceso contra el presunto parricida. Hace unos días, el juzgado de Instrucción Uno de Ourense ha decretado el archivo provisional de unas supuestas amenazas y malos tratos a sus familiares; una causa que se inició con la denuncia de la hermana del presunto parricida.

Llamada amenazante

La mujer lo acusó de ser violento y agresivo con sus progenitores tras haber manifestado lo mismo en una declaración ante la juez de Instrucción Número Tres que investiga el crimen de sus padres. La hermana presentó denuncia tras su testimonio en la causa de Taboadela y acusó a su pariente de haberla llamado por teléfono en tono amenazante el día antes de acudir al juzgado.

La Guardia Civil y el fiscal del caso se basan, precisamente, en la profunda animadversión del presunto parricida hacia las víctimas como móvil principal del doble crimen de María Teresa y José, tiroteados en su domicilio de Amendo (Taboadela) en abril de 2009.