El colegio de Gomesende no abrirá sus puertas hoy, primer día lectivo del curso por primera vez en treinta años. Los vecinos de la localidad de Moreiras donde estaban hasta ahora las dependencias del centro, no escucharán más el alegre griterío de los pequeños jugando en el patio. Los 18 escolares que quedaban en el C.E.I.P. Rosalía de Castro, están ahora matriculados en Ramirás y Celanova. Y hasta allí se dirigirán esta mañana con sus estuches y mochilas para volver a empezar otro septiembre más para el calendario, pero que para ellos será sin duda diferente.

Una "vuelta al cole" que será distinta, en un lugar que no es el acostumbrado, con otros "profes" y también otros compañeros. Los nervios habituales del primer día se multiplican para los pequeños del Rosalía, que tendrán que viajar durante más tiempo cada día para desplazarse hasta lo que para ellos es desconocido.

Más lejos de casa, pero según los padres, con la calidad de los estudios garantizada, garantía con la que aseguran no contar en el Rosalía de Castro donde pequeños de entre 3 y 12 años deberían, a partir de este curso que comienza, convivir en la misma aula y compartir un único profesor, que tendría que desdoblarse para atender a pequeños de hasta seis cursos diferentes.

Los padres de los niños matriculados en el centro de educación infantil y primaria de Gomesende aseguran haber luchado ferozmente para impedir el cierre del colegio, exigiendo a la Xunta más docentes para que los pequeños recibiesen la atención que merecen. Ante la negativa de la Administración de proporcionar más personal, los padres, reparando en que el nivel de la enseñanza recibida por sus hijos descendería, comenzaron a considerar la opción de recolocar a sus pequeños en otros centros limítrofes.

"La educación de nuestros hijos lo es todo para nosotros", asegura una de las madres, "no queríamos el cierre y trabajamos para que no sucediese, pero no nos dieron otra opción". De hecho, muchos de lo padres fueron alumnos del Rosalía en su época, un centro que ha educado a casi tres generaciones de estudiantes en el pueblo.

De esta manera, la opinión de los padres acerca de cómo debe ser la educación de sus hijos, difiere en gran medida con el concepto del conselleiro de Educación, Jesús Vázquez Abad, a quien las políticas de recortes y austeridad lo llevan a apostar por la concentración de alumnos de infantil y primaria en una misma aula y con un único docente para atender a todos. Desde los sindicatos aseguran que este sistema es "totalmente antipedagógico" y que la Xunta debería dotar de profesorado y medios a todos los centros para que situaciones como las que se darían en el colegio de Gomesende no obliguen a los padres a tener que hacer presión, para que sus hijos reciban una enseñanza de la misma calidad que cualquier otro niño del país.

Hasta el curso pasado el colegio Rosalía de Castro recogía niños de los concellos de Gomesende y Quintela de Leirado, pero su cierre ha provocado que los niños de ambos ayuntamientos sean separados en dos centros diferentes y con ello más inseguridades para los pequeños, que se ven en un nuevo centro sin sus compañeros de siempre.

Unos miedos que quizás el mundo adulto haya olvidado ya e infravalore, pero que en las mentes infantiles suponen un drama y un sufrimiento reales. Los niños lo pasan mal y con ellos sus responsables que se lamentan de que las víctimas de toda la situación sean los pequeños, quienes no son capaces de comprender el cambio que se les impone.

En el trasfondo de todo esto se deja ver el despoblamiento paulatino del rural. "Apostamos por la vida en el pueblo porque nos gusta y nos hace felices pero nos lo ponen muy complicado con la retirada de servicios", critica una de las madres de Gomesende. "No quiero ser dramática pero esta situación es muy dura para nosotros, nos ha cambiado la vida", aseguró.

El Ayuntamiento pedirá la cesión del edificio para intentar convertirlo en una residencia para mayores

La alcaldesa del municipio, Pura Rodríguez, ha declarado que el concello decidió mantenerse al margen en este asunto pues "la educación de los niños es algo que compete a los padres y nosotros debemos respetarlo", "ellos decidieron que sus hijos acudan a otros centros porque la Xunta no les ha proporcionado los docentes que exigían", afirmó la regidora de Gomesende. El problema de base para Rodríguez, es que no hay niños y ante esta situación el cierre del Rosalía de Castro era "una muerte anunciada", que se ha producido este año, como podría "haber sido el anterior o el siguiente."

El hecho de que el colegio cierre es un acontecimiento "muy triste para el pueblo", según su responsable política, pero hay que intentar buscarle en lado positivo, "el concello tendrá menos gastos" y pedirá la cesión del edificio para construir una residencia para mayores, porque "hay que ir con los tiempos", y en Gomesende la media de edad supera los 70.

Los padres de los pequeños escolarizados hasta el curso pasado en el colegio se lamentan de que desde el ayuntamiento se haya comunicado que la decisión del cierre se haya producido por la presión ejercida por ellos mismos. "No buscamos en ningún momento el cierre de la escuela" han asegurado, sino al contrario, defienden haberse involucrado hasta las últimas consecuencias para que esta situación no se produjese, pero al no recibir las mejoras esperadas para el centro "se vieron obligados a buscar vías alternativas". "Nos han empujado a esta situación, que es fruto del pasotismo y la desinformación de los poderosos", afirman. Al igual que el ejecutivo, el ya ex-director del centro, quiso echarse a un lado en el asunto, "ya no soy nadie en el colegio, pero entiendo a los padres, no recibieron soluciones de la Xunta y han hecho lo que han podido".