Más de 75.000 ourensanos viven bajo el umbral de la pobreza, lo que supone, según los baremos que mueve Cáritas, que un 28% del total de la población de Ourense y provincia percibe menos de 600 euros de ingresos familiares mensuales y tiene serios problemas para cubrir sus gastos de vivienda, alimentación y otras necesidades básicas para sobrevivir.

Son datos de la memoria de actividades de esa entidad diocesana en el año 2010, que arrojan unos índices de pobreza en Ourense 7 puntos por encima de la media nacional, lo que ha disparado el número de personas atendidas en el ámbito de a acogida y la atención primaria. En este apartado que busca solución urgente a los casos más perentorios que le llega, Cáritas pasó de las 4.223 personas beneficiarias del año 2009, a las 7.541 del año 2010 lo que supone un incremento de más del 78% en ese periodo.

En estos datos globales cabe destacar el aumento de personas en situación de emergencia, como las cien familias ourensanas que no pudieron seguir costeando su vivienda y tuvieron que se acogidas en casas y pisos de Cáritas. La situación de muchos de los que acuden pedir ayuda es extrema, "pues buena parte de los que acuden a nosotros, para pedirnos vivienda, trabajo un otro tipo de ayuda con carácter urgente, tenían el pasado año ingresos inferiores a los 360 euros mensuales", explica Miguel Pérez de Juan, director de Cáritas en Ourense.

Perfil de los demandantes

Parados de larga duración cuyo caso se cronifica, familias jóvenes con hijos y mujeres solas, encabezan los tres perfiles más habituales de las personas que que solicitan ayuda urgente de Cáritas, según Miguel Pérez de Juan, lo que es un signo claro de la influencia de "esta crisis que está dejando 22 nuevos parados cada día en la provincia", lamentó.

Así los desempleados recientes se fueron convirtiendo en "parados de larga duración", explica el informe de Cáritas, y el caso acaba cronificandose, lo que les obliga a pedir ayuda urgente para salir adelante. El otro modelo son las parejas jóvenes con edades de 25 a los 40 años e hijos y finalmente las mujeres solas, con cargas familiares no compartidas. Este aumento de demanda obligó a Cáritas a destinar a todos sus programas sociales un total de 1,6 millones de euros en 2010, un 25% más que en 2009. De cada 100 euros invertidos, 65 fueron de ayudas públicas. El resto fueron a través de donaciones y colectas.