El soterramiento de las vías del AVE en el tramo de Ourense no afecta a las obras de la línea a Santiago, no dispara los costes y no exige actuaciones de gran complejidad. Es la conclusión a la que ha llegado la Confederación Empresarial de Ourense (CEO) tras analizar el proyecto del Concello que tan solo contempla cubrir de forma parcial las vías en la llegada a la estación Empalme.

El informe del colectivo empresarial de Ourense resuelve que el sobrecoste de soterrar las vías construyendo un túnel artificial en A Ponte "no puede cifrarse en 400 millones de euros, tal y como estima el Ministerio de Fomento". En realidad, asegura la CEO que "soterrar solo encarece en cinco millones de euros la propuesta municipal". Esta conclusión se obtiene tomando como referencia la longitud del túnel y que "un kilómetro de túnel cuesta de media entre 14 y 20 millones". Además, añade la CEO que esta medida "ahorraría" algunas actuaciones previstas en el proyecto presentado por el Concello de Ourense, como la calle elevada sobre la estación, los pasos subterráneos y la plataforma sobre las vías.

En este sentido, la confederación empresarial puntualiza que "si bien es cierto que la opción de soterrar es ligeramente más cara, en partidas concretas genera un importante ahorro de costes". Considera "razonable" que a la Administración le preocupe un encarecimiento del proyecto de integración urbana, pero al mismo tiempo, la CEO cree que el plan de Ourense "sería un mal ejemplo en tiempos de crisis económica" ya que implica el derribo de los edificios de la actual estación y de Correos, además de un inmueble que el concello está remodelando con fondos del Plan E.

Los empresarios, encabezados por Francisco Rodríguez, apuestan por el soterramiento como la opción "más eficaz y racional", y puntualizan que esta posición "atiende exclusivamente al interés general y se aleja de cualquier tipo de confrontación política y partidista". Demandan que Ourense "tiene que ser tratada como las demás ciudades de paso del tren de alta velocidad".

El informe de la CEO resuelve también que soterrar las vías no equivale a retrasar un año la llegada del AVE a Ourense. Con una "buena planificación y sincronía", dice, la tramitación adicional puede encajar perfectamente sin interrumpir ni alargar el ritmo de la obra.

De hecho, los empresarios señalan que el soterramiento no afecta al trazado en ejecución de la línea Ourense-Santiago. Incluso, recalcan, "se puede soterrar sin modificar nada". En su comunicado, la CEO explica que bajando con un 2 por ciento de pendiente (dos metros por cada cien) desde el paso que ya está en construcción en O Pino, se llegaría en 400 metros a la cota deseada bajo la estación. Dado que entre dicho paso y el actual Empalme "hay 500 metros", sería posible. Y mucho más, añaden, "teniendo en cuenta que la futura estación del AVE está dibujada más al este, lo que facilitaría el soterramiento".

Además, añaden los empresarios en su defensa por la construcción de un túnel que "no es admisible que solo se puedan soterrar las vías a cuatro metros de profundidad, sino que hay margen para hacerlo hasta ocho metros".

Sin afecciones urbanísticas

La CEO defiende que el soterramiento tampoco plantea ni exige las "situaciones provisionales extremadamente complejas y con enormes afecciones urbanísticas, territoriales y medioambientales" que plantea la Administración central. De hecho, dicen que los trenes de Santiago entrarán por las vías actuales y con ancho ibérico mientras no se enlace con Zamora; y las vías definitivas discurrirán por la parte más cercana a la calle Río Arnoia. Respecto a las calles que enmarcan la estación en sentido longitudinal (Río Arnoia, Gómez Franqueira y avenida de Marín), se comunicarían sobre las vías soterradas "sin crear muros altos y costosísimos".