Después de años siendo un fiel servidor y cargar muchas veces más de lo que su noble espalda es capaz de soportar sin que ello represente un gran esfuerzo, muchos burros son abandonados a su suerte una vez que son viejos, y en el peor de los casos, ni siquiera se les da la oportunidad a sobrevivir por sus propios medios, como le ocurrió a la burra "Bienvenida", que fue encontrada en el mes de septiembre en medio del río Miño, a su paso por Toén, con una piedra de 15 kilos amarrada a su cuello. Afortunadamente, la asociación ANDREA, dedicada a la rehabilitación de estos animales para darlos en adopción y hacer terapias con enfermos de alzheimer y niños discapacitados, la recogió y tras unos tres meses de cuidados ayer la entregó en adopción a su nueva familia.

Bienvenida, como se le bautizó, tiene unos 20 años de edad (estos animales suelen vivir una media de 35 años), y fue rescatada de morir ahogada en el río Miño gracias a que unos vecinos de Toén la vieron luchar por sobrevivir y llamaron a la Policía Local y Protección Civil, que a su vez contactaron con esta asociación, pionera en España en usar estos animales para terapias con personas enfermas.

El animal estaba en muy malas condiciones, con anemia, deshidratado, heridas infectadas, y más, pero con mucho cuidado, tratamiento y cariño en menos de lo esperado se recuperó. Tras ello, la asociación inició un proceso para elegir a su nueva familia, siendo varias las casas de turismo rural interesadas e incluso un particular de la alta sociedad gallega. Pero fue la casa de turismo rural de Abaixo, en Lugo, la seleccionada por tener ya otros animales adoptados, entre ellos a dos burras más, por lo que Bienvenida estará bien acompaña y recibirá muchas visitas y mucho cariño.

Asnos y burros en concreto son utilizados por ANDREA para terapias con enfermos de alzheimer y niños con discapacidades debido a que "tienen características terapéuticas, es un animal dócil, sociable, cercano, y tiene mucha afinidad con niños y mayores", es grande para acariciarlo y abrazarlo y tiene otras muchas ventajas más, destaca David Lema, responsable de Bienestar Animal de esta agrupación de Allariz.

Esta asociación, que ahora mismo además de en Galicia está ofreciendo este tipo de terapias en Castilla y León, se dedica a forma a personas para impartir este tipo de terapias.

En 2006 rehabilitó a 42 burros y en 2010 ha dado en adopción a más de 30, y todo ello con sus propios recursos, ya que no recibe ayudas de la administración, sólo con lo que obtiene de su trabajo con los enfermos, alguna donación particular y apadrinamiento de burros. Todos sus miembros son personas que colaboran de forma altruista y son la única protectora de esta especie en extinción, objeto de abandono y maltrato, que no recibe ninguna subvención a pesar de la gran labor humana y social que desempeña hace años.