"La tentación hay que sacarla de en medio"

El endocrino Antonio Gippini recomienda eliminar las frituras de los menús navideños y dar mayor protagonismo al pescado

sandra de la fuente - Ourense

Comienza la cuenta atrás para que la calórica gastronomía navideña desafíe a fuertes y débiles de voluntad con copiosas propuestas, fuentes rebosantes y postres a repetir. Las personas sanas con hábitos alimenticios moderados no tienen nada que temer ante las fechas que se avecinan, pero aquellos que sufren sobrepeso o patologías que les obligan a cuidar su alimentación tendrán que medirse a la hora de enfrentarse a los entrante, primeros, segundos, terceros... postres, cafés, licores, dulces y eternas sobremesas que ofrece la Navidad como denominador común de los encuentros familiares.

Antonio Gippini Pérez es médico especialista en Endocrinología y Nutrición y para evitar problemas sugiere eliminar las frituras de estos menús y poner freno al consumo de dulces típicamente navideños. Sostiene que este "importante fondo gastronómico" no se puede evitar porque "son costumbres familiares heredadas de años atrás". Romper con la tradición de asar un cabrito o colapsar bandejas con mazapanes, turrones y polvorones "es difícil, pero se puede hacer". Explica Gippini que en la actualidad se están incorporando a la mesa novedades culinarias que también tienen cabida en los menús navideños. Así, reivindica los platos de pescado cocinado de cualquier manera menos frito acompañados de guarniciones bajas en grasa a base de patatas hervidas o asadas y verduras a elegir. Cualquier hortaliza vale. Incluso, apunta este endocrino, "alimentos como los arroces, las pastas o las habas son derivados de verduras y no tienen tanto valor calórico como la gente cree". De hecho, "se cocinan en abundante agua lo que implica que parte de lo que comemos es líquido".

Así que descartada la fritura, el menú familiar para esta Navidad puede comenzar directamente por el marisco: "Es algo especial que no se come a diario y que normalmente va cocido o a la plancha así que podemos pasarnos". La única limitación para este plato es la económica y Gippini sugiere comprarlo fresco 15 días antes y congelarlo. Los que menos engordan son los moluscos como la almeja o el mejillón, mientras que los de cola tienen más colesterol y la parte de la concha de la centolla es más calórica. Sin embargo, precisa el endocrino que "el aporte es mínimo y son platos que permiten charlar y al final no has comido grandes cantidades". Una buena opción es el cóctel de marisco sobre un colchón de ensalada.

El plato central puede ser una carne magra al horno si no se quiere arriesgar con el pescado, aunque nunca es tarde para recuperar el bacalao con repollo, la receta tradicional por excelencia de la Navidad en el interior de Galicia. El problema viene con los postres propios de estas fechas, excesivamente elevados en grasas. Gippini dice que "no hay alternativa; la tentación hay que sacarla de en medio".

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