Laura Alonso, la joven de Toén cuyo cadáver fue encontrado el sábado en una pista forestal del municipio tras una semana de intensa búsqueda, no tuvo posibilidad de defenderse de su homicida, que le provocó la muerte después de apretarle el cuello (según su confesión, con las manos) durante un tiempo de entre 20 y 30 segundos.
A tenor de las pruebas practicadas al cuerpo de la joven de 19 años, y según la investigación del caso, Laura Alonso murió en el interior del vehículo de su agresor. Javier Cruz la mató en el asiento trasero de su Audi A3.
El escenario de la muerte se traduce en que la escasez de espacio, unido a los más de 100 kilos de peso del joven de 32 años y sus casi dos metros de estatura, impidieron que la víctima, mucho más baja y mucho menos corpulenta, tuviera capacidad de movimiento, ni la más mínima oportunidad de escapar del agresor y ni del interior del vehículo.
A la espera del informe definitivo de la autopsia, pruebas que se están realizando en Madrid, sí se puede confirmar que Laura Alonso murió asfixiada. Su cadáver apareció con una chaqueta alrededor de su cuello, donde se encontraron restos de fibra.
Cabe recordar que su homicida insistió en todo momento durante su declaración judicial la madrugada del martes, que apretó el cuello de Laura con las manos, matizando no tener conciencia de haber utilizado prenda alguna.
Pero será las pruebas periciales remitidas a Madrid las que determinen con exactitud si la estranguló con las manos sobre la chaqueta, que pudiera llevar atada a los hombros, o bien apretando directamente la prenda sobre el cuello de la joven.
Limitación regimental
La junta de tratamiento del Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar decidía en la tarde de ayer decretar limitación regimental para Javier Cruz, lo que se traduce en que el recluso tendrá limitados sus movimientos y sus contactos con otros presos por motivos de seguridad, tanto para impedir que sea agredido como para que se autolesione.
Según fuentes de la prisión, el informe elaborado por el equipo médico se basa en la alarma social que ha producido la muerte de la Laura Alonso y la confesión de la autoría de Javier Cruz. También hace alusión a las multitudinarias concentraciones de repulsa celebradas tanto en Toén como en Ourense, así como las fotografías que se han difundido del homicida, lo que sin lugar a dudas provoca una reacción de rechazo en el resto de los internos de la cárcel.
Javier Cruz permanece en un departamento determinado de la prisión, que no ha trascendido, y estará en todo momento acompañado por internos de confianza. Tendrá que comer en la celda y podrá salir al patio del citado departamento a pasear a las horas que decida la junta de tratamiento, que elaborará un calendario de horarios y rutas para que no coincida con las salidas de otros presos.
Las mismas fuentes penitenciarias señalaban ayer que Javier Cruz no tendrá posibilidad alguna, al menos por el momento, de participar en las actividades culturales y deportivas que se desarrollan en el centro.
Puede ver a su familia
A pesar de las limitaciones, Javier Cruz sí puede recibir visitas de sus familiares, recibir llamadas telefónicas y también puede leer la prensa y ver la televisión, ya que no existe orden judicial alguna que le impida comunicarse con el exterior. Las visitas que reciba en la prisión también estarán controladas para que no se produzcan a la par que con las de otros reclusos.