El niño inocente, que nació en Inglaterra y se convirtió en gallego de adopción, el reconocido profesor e investigador, John Rutherford, acudió ayer a la casa-museo de Ramón Otero Pedrayo para recoger el premio Trasalba 2007, con el que la fundación "Otero Pedrayo", que preside Víctor Freixanes, quiso reconocer la labor de divulgación de la lengua y la cultura gallegas por el mundo.

Después de recibir el galardón, un "Libro de amigos", entregado por el músico Xosé Ferreiró, en representación del grupo Milladoiro, que recibieron el Trasalba 2006, y un "dibujón" con la firma de Isaac Díaz Pardo, que sustituyó a la tradicional jarra, el investigador de la Universidad de Oxford proclamó que la galleguidad y la universalidad "son compatibles". Citó como ejemplo su propia vida, ya que él se hizo gallego sin dejar de ser inglés.

La suya fue una disertación, en gallego, de lo más emotiva y con el recuerdo de aquel primer viaje que realizó desde el puerto de Londres al de Vigo, durante tres días agotadores que le llevaron a Ribadeo en un intercambio cultural. El niño de 18 primaveras "llegó a un nuevo planeta", que le permitió "salir de un largo letargo" para adentrarse en un mundo más vital y humano.

Desde aquel momento, su vida estuvo unida a Galicia y a los gallegos, a los que ayer dio "graciñas" por la "nueva vida que me dieron", y a la fundación Otero Pedrayo por el premio, al que pretende ser el representante de los galleguistas de fuera de Galicia.

También recordó el apoyo que tuvo en su momento de la Xunta de Galicia para fundar un Centro de Estudios Galegos en la universidad de Oxford, que se convirtió el primero que existía en el extranjero. Una iniciativa de la que dijo sentirse "satisfecho", por ver "crecer a nuevos galleguistas angloparlantes que prometen un futuro brillante".

El niño John, después de 50 años de su llegada a tierras gallegas, donde se casó con Tita Castellano, con la que tuvo cuatro hijas, mostraba a su apego a una tierra, a su lengua y cultura, precisamente el día de su santo, con celebración especial, como dijo al término de su intervención, antes de compartir una comida campestre.