Un día especial en el que rompemos la rutina y, en un ambiente más relajado, tenemos oportunidad de conocer lugares que algunos nunca habíamos visitado".

Éste es el ánimo con el que uno de los 13 internos de la Comunidad Terapéutica Intrapenitenciaria de Pereiro de Aguiar, natural de Ferrol, definía ayer una salida programada que realizaron acompañados por el equipo de Tratamiento y de Proyecto Hombre a la Serra do Xurés y a la comarca de Celanova.

A las 09:00 de la mañana todo eran sonrisas en la explanada del centro, donde 12 hombres y una mujer de entre 20 y 45 años esperaban ansiosos el autobús que los habría de llevar directos al Parque Natural Serra do Xurés. Acompañados de una guía de la Consellería de Medio Ambiente, recorrieron la ruta denominada "Queguas" e hicieron senderismo por la Sierra de Leboreiro.

Después de tres horas caminando por el monte y conociendo la fauna y la flora de la comarca, los 13 participantes y los organizadores de la salida se tomaron un respiro en un restaurante de Lobios, donde cogieron fuerzas con un tradicional cocido para continuar el viaje en Castromao y Vilanova dos Infantes.

En el Centro Comarcal, una guía les hizo un breve repaso de la historia de la comarca y después subieron todos juntos hasta la Torre de Vilanova, desde donde partieron de nuevo hasta el centro penitenciario de Pereiro. Allí los esperaban ansiosos los otros 22 miembros de la Comunidad Terapéutica que esta vez no pudieron disfrutar de la excursión.

El equipo terapéutico del centro suele organizar una salida por trimestre, alguna de varios días. Las personas que salen son las que llevan cumplido al menos un cuarto de su condena o ya salen de permiso, además de "haber demostrado buen comportamiento y una evolución positiva".

Así lo explicaba durante el camino de regreso uno de los terapeutas que acompañaron al grupo, Quique, con el que también viajaron dos educadores de Proyecto Hombre, un educador de prisión, un funcionario y la subdirectora de Tratamiento.

Explicaba que con salidas como la de ayer se pretende "romper la rutina, movilizar a los internos y también mostrarles esta oportunidad como un premio y al mismo tiempo un aliciente que los anime a mantener una correcta evolución".

Como una recompensa también lo interpretan los internos. Uno de los participantes, natural de Ferrol y portavoz del grupo, relataba que todos se sienten "muy agradecidos" con la dirección del centro por este tipo de iniciativas, que ellos interpretan como "una forma de apostar por nosotros que, al mismo tiempo, nos permite relacionarnos en un entorno más amable y que favorece la convivencia".