Los padres de la niña que asesinó Gali dicen que nunca debió salir de prisión

Marta Garú / zaragoza

Mientras Antonio Gali Balaguer permanece en la prisión de Pereiro de Aguiar, desde el pasado día 2 de marzo, donde ingresó acusado de un presunto delito de homicio en la persona de Aurora Dacunha, y de otro de homicio en grado de tentativa sobre E.F.C., los padres de la niña María Victoria, de 11 años, a la que asesinó en 1984 en La Cartuja, en una entrevista concedida a El Heraldo de Aragón, aseguran no entender cómo "un hombre como este pudo haber sido puesto en libertad", y que los recuerdos de aquellas fechas les traen sensaciones de "miedo y angustia".

"La tengo en mi pensamiento como el primer día. Diez pesetas que tenía la chica las dejó encima de la mesa y se fue a buscar a la hija de la pareja de Antonio Gali. Cuando vi que tardaba en volver, pensé que le había pasado algo. Fuimos a su casa a preguntar y nos dijo que había estado antes pero que se había marchado ¡y ya la tenía muerta!". Juana Barriga y José Cubillana, padres de Victoria, no encuentra explicación para que fuese puesto en libertad en 2001 sin que ningún organismo oficial se lo comunicase.

"Por lo menos podríamos haber recurrido", reprocha uno de los hijos del matrimonio. "Entonces no tuvimos abogado, no nos enterábamos de nada, sólo teníamos mucho dolor", dice la madre.

Uno de los seis hermanos de María Victoria reconoce que tentado estuvo de quitarle la pistola a uno de los numerosos guardias civiles que rodeaban a Gali en la Audiencia de Zaragoza y pegarle un tiro. "Pero seguro que yo habría cumplido hasta el último día de la pena", dice.

El homicida salió de prisión en 2001 tras cumplir apenas 17 de los 64 años que le condenaron porque también fue juzgado por el asesinato del marido de su amante, cometido dos años antes en La Zaida. Luego el Supremo la dejó en 43 y medio. Después fue detenido en Portugal y cumplió otra condena por drogas.

"Debía de haber tenido un seguimiento exhaustivo"

La familia insiste en que los recuerdos de aquellas fechas son imposibles de olvidar. La pequeña María Victoria fue a buscar a su amiga, hija de la mujer que vivía con Gali Balaguer, y este, aprovechando que no había nadie en cas, abusó de la niña y la mató. Luego, cavó un agujero en una habitación, la enterró y tapó el hueco con grava y con leña.

Es por eso que Desiderio, hermano de la niña asesinada, considera que Antonio Gali "tenía que haber tenido un seguimiento exhaustivo en aquellos años", sobre todo ante los antecedentes que tenía; "era reincidente, tenía antecedentes por abusos a menores en Calanda y Alcañiz".

Lo que tampoco se les va de la cabeza a la familia es que la compañera de Antonio Gali, no fuera investigada por el crimen, porque dicen estar convencidos de que ella, Ángela, "sabía lo que él había hecho. Lo mismo cuando mató a su marido, José Luis Laguna, que cuando mató a nuestra hija". Así, también sostienen que "fue ella-la mujer-quien compro la grava y el cemento, mientras él-Antonio Gali-estaba preparando la fosa para mi niña".

La mujer nunca fue imputada y su amante y asesino de su marido asumió toda la responsabilidad en ambos crimenes.

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