Luis Gurriarán López, Misionero en la capital guatemalteca: "Mi misión es animar a la gente, por eso quiero volver"

El huracán "Stan" alcanzó Centroamérica cuando Luis Gurriarán llevaba 15 días en Ourense acompañando a una hermana que se encuentra gravemente enferma. Su primera y única misión desde que fue nombrado sacerdote es Guatemala. Tiene 71 años y llegó allí en 1961, hace 44 años.

- ¿Como vive los acontecimientos? ¿Ha pensando adelantar su viaje de regreso?

- Estoy preocupado por lo que ocurre y sigo en contacto con mi gente. Tengo ganas de volver pero ahora no puedo. Mi presencia en Guatemala no soluciona nada porque a la capital, donde yo estoy, no ha llegado aunque llueve desde hace 13 días. Mi misión como religioso es animar, y por eso quiero volver, para infundir ánimos.

- ¿En qué consiste su trabajo allí?

- Ayudo a los guatemaltecos que regresan de los campos de refugiados en México a reconstruir sus aldeas en la selva de Ixcan, una zona muy afectada por la guerra. Con la ayuda externa que recibimos promociono la organización comunitaria en forma de cooperativas.

- En casi medio siglo de misión habrá sido testigo de importantes cambios.

- He visto correr la historia, con sus altibajos y graves violaciones de los derechos humanos. Desde que en 1996 se firmaron acuerdos de paz la gente está más tranquila. Desastres naturales como el "Stan" no hacen más que agravar una situación que inicialmente es problemática

- ¿Se siente frustrado después de 44 años de trabajo?

- Nunca me he sentido frustrado, mi trabajo es animar a la gente y mantener la esperanza. Soy optimista y es cierto que me ha tocado vivir situaciones muy duras, pero me siento animado.