Los bomberos salvan a un niño que huía de un fuego por la ventana de un cuarto piso

Redacción / OURENSE

Carlos S. y Teresa C. se encontraban ayer por la tarde en su vivienda, un segundo piso en el edificio de la calle Arturo Vázquez Núñez, 18, en el barrio de A Carballeira, de Ourense, cuando empezaron a escuchar gritos que procedían de la calle y alguien les llamó por el portero electrónico: "¡Bajar que la casa está ardiendo!". La mujer escapó a la calle mientras que su marido recorría las restantes viviendas del edificio, de cuatro plantas, para que los vecinos abandonaran el inmueble. El fuego se había declarado en el cuarto derecha, pero no se sentía humo en las escaleras. En cuestión de segundos volvió a saltar la voz de alarma cuando desde la calle, clientes del bar Wences y de un supermercado, advertían de que un niño estaba en el piso incendiado y que intenta escapar por la ventana de una fachada del edificio que da a la otra calle Nicomedades Pastor, con la que hace esquina. El pequeño, en pijama, se encontraba ya con medio cuerpo fuera de la ventana.

Mientras los bomberos no llegaban, los vecinos desde la calle intentaban calmar al niño, de cinco años, para que no se tirara: "¡Cariño espera!". Entre los vecinos que se agolparon alrededor del inmueble una mujer empezó a agritar "¡Mi niño!". Era la madre que, según el testimonio de los vecinos y de los bomberos, había dejado solo al pequeño "Lolo" en casa para salir unos minutos al supermercado. En la cuarta planta, Carlos S. con dos o tres personas y provistos de un extintor intentaban echar abajo la puerta, pero era blindada. La madre subió en ese momento con las llaves para abrir la puerta y sacar a Lolo, pero ya no abría por los golpes. "A la madre se le caía el mundo encima, quería entrar por todos los medios", recuerda Carlos. A los pocos segundos llegó la Policía Local, que entró en la vivienda; mientras que en el exterior los bomberos ya habían desplegado una escalera para llegar por la fachada hasta la ventana y salvar al pequeño. El primer bombero que llegó hasta el niño fue Juan Carlos López Estévez que ayer intentaba restar protagonismo a su labor: "Fue un trabajo de toda la unidad 13. Subimos dos por la escalera y a mí me tocó llegar primero, nada más". En un primer momento, el pequeño Lolo se negaba a bajar: "Por ahí no bajo", le decía al bombero que lo cogió en brazos. "Estaba muy asustado", recuerda. Ya en la calle, fue trasladado en ambulancia con su madre al Hospital, aunque no presentaba heridas. Al hospital también fue trasladada la vecina del cuarto izquierda, que sufrió un ataque de nervios. La mujer intentó sofocar el incendio con cubos de agua desde su casa. Los bomberos sospechan que el fuego lo provocó el niño al jugar con un mechero en el salón, que quedó calcinado. Se sospecha que al ver el fuego el niño huyó a la parte trasera de la casa. Los bomberos también acudiron ayer a abrir una puerta de una vivienda en la calle Mercado 31, en donde apareció un joven muerto.

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