El grupo Coren destina anualmente 2 millones de euros a la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) para garantizar la seguridad alimentaria de todos sus productos, controlando desde el origen hasta que llega al consumidor, que es el proceso conocido como trazabilidad.

Así, el director general adjunto, Emilio Rial, subraya que para ser una empresa puntera en el sector agroalimentario, como ocurre con Coren, que en 2004 tuvo una facturación de 837,8 millones de euros, y que apuesta por la calidad y seguridad de todos sus productos, "tiene que contar con un departamento de I+D+i", algo en lo que viene trabajando desde sus inicios el grupo ourensano.

Las algo más de 60 personas vinculadas con en este departamento desarrollan su actividad en los laboratorios, granjas experimentales, sala de catas, y en las plantas pilotos que hay en las industria avícola de Santa Cruz de Arrabaldo(Ourense); la de porcino en Porriño, y de vacuno en Lugo, donde se investiga y desarrolla permanentemente productos nuevos.

En este sentido, en los laboratorios con que cuenta se realizan análisis químicos, patológicos y de todo tipo de necesidades que surjan dentro del concepto de seguridad alimentaria, "que es el horizonte de nuestro objetivo", dice. Así, señala que "siempre enfocamos el proceso productivo a que el consumidor tenga la máxima garantía de seguridad".

A este respecto, Emilio Rial reconoce que coren tiene una ventaja respecto a la gran mayoría de las producciones ganaderas del país, al controlar todo el proceso; "para bien o para mal, somos responsables de todo el proceso, so sólo productivo, sino de industrialización y comercialización".

La participación va desde la elección de la genética de los animales con que se va a trabajar, buscando la más adecuada a elementos concretos de calidad, y teniendo en cuenta la demanda del consumidor, control del manejo en granja, alimentación, movimientos de animales, el sacrificio, los despieces, elaborados y la comercialización de los productos.

De ahí que Coren cuente con todas las ventajas para poder garantizar toda esa trazabilidad, que se convierte, sobre todo después de lo ocurrido con el problema de la salmonela del pollo, en la mejor garantía para el consumidor.

En las granjas experimentales, bien de avicultura de carne (pollos, pavos y patos), la avicultura de puesta (gallinas ponedoras), así como en las de conejos y porcino, ubicadas en la localidad ourensana de Maceda, se llevan a cabo numerosas pruebas, que tienen como objetivo la mejora en la alimentación, manejo animal, y en todos los tratamientos enfocados a la calidad alimentaria.