Sandra de la Fuente / OURENSE

Los incendios forestales se han cobrado una nueva vida en Ourense, al estrellarse una avioneta de extinción que operaba en uno de los fuegos registrados ayer en el concello de Monterrei. El piloto Antonio Díaz Díaz, de 50 años y vecino de Láncara (Lugo), era el único ocupante de la aeronave y murió al perder el control e impactar contra una zona arbolada. Según testigos presenciales, la avioneta volaba muy bajo y chocó contra la rama de un castiñeiro, lo que provocó la fatal pérdida de equilibrio. Al parecer, acababa de efectuar una descarga de agua sobre las llamas e iniciaba la maniobra de ascenso.

El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Conde, lamentaba ayer este suceso que, aseguró, "pudo ser mucho peor ya que la avioneta cayó a cien metros de la carretera y había mucha gente en la zona". Además, y por fortuna, la aeronave no explotó, lo que evitó una catástrofe mayor. Cuando los efectivos sanitarios llegaron al lugar del accidente, el piloto todavía tenía pulso pero ya nada pudieron hacer por salvarle la vida.

El siniestro ocurrió a las 15,40 horas cuando este vehículo aéreo participaba en la extinción del fuego declarado poco antes de las 13 horas en la parroquia de Medeiros. Se trata de una avioneta de carga en tierra tipo Dromader PZL-M-18A (de fabricación polaca y perteneciente a la compañía Martínez Ridao), procedente de la base de Doade (Sober-Lugo), que acudió al incendio junto con dos avionetas más de la misma base. Al parecer, la víctima acababa de rellenar el depósito de agua y había cargado combustible en la base limiana de Antela, y se estrelló a 200 metros del incendio, después de dar varias volteretas antes de caer.

Según fuentes de la Dirección Xeral de Defensa contra Incendios Forestais, la aeronave disponía de todas las certificaciones y documentación en vigor. Además, se da la circunstancia de que pertenece a la misma empresa y es el mismo tipo de avioneta que se estrelló el pasado 7 de junio en Beariz, causando la muerte del piloto José Maroto Borrero, de 42 años y natural de Madrid.

Antonio Díaz Díaz llevaba cuatro años trabajando como piloto en la base de Doade, pero acumulaba varios años más de experiencia en otras bases de Castilla y León, según uno de sus compañeros. Casado y con dos hijos, era un "excelente piloto, que incluso tenía con otro socio un yak acrobático", afirman. Su pérdida ha causado gran conmoción en esta base, donde ayer lamentaban el fatal accidente: "Somos una familia". Uno de sus compañeros en Doade no se explica qué pudo haber ocurrido: "Al parecer la rama con la que chocó era de un árbol seco y seguro que no la vio pues era muy prudente".

Al lugar del siniestro se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, Policía Nacional y Autonómica, que acordonaron la zona del accidente en espera de que los técnicos de Aviación Civil, del Ministerio de Fomento, realicen las pesquisas necesarias para determinar las causas del accidente. Tras el levantamiento del cadáver ordenado por el juez correspondiente, los restos mortales de Antonio Díaz fueron trasladados al tanatorio del Hospital Fundación de Verín. El conselleiro de Desenvolvemento Rural que asume las competencias de incendios, Alfredo Suárez Canal, conoció la noticia en Santiago y acudió enseguida a la zona. Lamenta el accidente y muestra su solidaridad y total apoyo a la familia y compañeros del piloto fallecido.