Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Los cribados y el colapso de la Sanidad

Francisco Hernández Vallejo

Antes de entrar en el caso concreto que ha saltado a la opinión pública sobre el cribado en cáncer de mama realizado en Andalucía, que se ha saldado con más de 2.000 mujeres afectadas y ya con una fallecida, debemos analizar, con objetividad, qué está pasando con la sanidad pública y con los sanitarios en nuestro país.

Guste o no, la sanidad pública, e incluso la privada en muchas especialidades, no solo está colapsada, con interminables listas de espera que no reconocen nuestras señorías, sino que además de mal pagada, obligada a jornadas extenuantes y sometida a agresiones cada vez más frecuentes, adolece de falta de profesionales. No hay que irse muy lejos ni en tiempo ni en espacio. Hoy, cuando escribo este artículo, la portada de FARO recoge una manifestación de los profesionales de Radiología que abogan por un refuerzo en profesionales.

Ni los médicos ni las/los enfermeras/os, ni celadores, ni administrativos dan más de sí y, debo añadir, que ni el PSOE ni el PP han dado con la tecla que solucione algo crónico, enfrascados como andan en cuestiones que se salen de la gestión. Hoy, los anhelos de sus señorías son salvar a la esposa y hermano del presidente y la pareja de la Sra. Ayuso. Ahí está centrada la política de nuestro país. Lamentable.

Dicho esto, centrándonos en los cribados; estamos hablando de cáncer de mama. Estamos hablando de tiempos, de diagnósticos precoces y de sistemas informáticos de los que dependen en muchos casos las vidas de las mujeres. Fue el escritor y economista español José Luis Sampedro quien acuñó una frase luego readaptada a la medicina. Decía: «El tiempo no es oro, el tiempo no vale nada. El tiempo es vida».

Pues bien, alguien (desconozco quién), basado en eso, concluyó: «Si en la vida el tiempo es oro, en el cáncer el tiempo es vida». Esta frase la escuché por vez primera cursando mis estudios de Medicina en la Facultad de Santiago de Compostela.

La responsabilidad tanto administrativa como política es demoledora. Una exploración dudosa (en este caso una mamografía) debe activar de inmediato un protocolo donde la rapidez es «vital». O repetir prueba radiológica o proceder a biopsia sobre la lesión sospechosa. Eso salva vidas, etiqueta la lesión y, actuando con prontitud si hay un cáncer, puede evitar extensión y metástasis. A continuación, intervenir con rapidez, y eso requiere reforzar las áreas que van a realizar las cirugías.

Escuché las primeras explicaciones del presidente de la Junta de Andalucía, Sr. Moreno Bonilla. El pretexto de las demoras en comunicar a las pacientes resultados fue para no crearlas, ansiedad. Sus explicaciones ponen al desnudo la falta de recursos y un paupérrimo nivel de conocimientos. Al paciente hay que informarle, con cariño, con delicadeza, con rigor y ofreciendo esperanza; a él o en algunos casos muy graves a la familia que conoce bien al paciente y su posible afectación ante una pésima noticia. Por supuesto, deben de hacerlo los facultativos de manera presencial.

La Junta de Andalucía debe asumir sin duda la responsabilidad y tanto el PSOE como el PP ponerse las pilas y buscar salidas al colapso sanitario. Ir de la mano y ponerse a pensar soluciones. Hacen falta médicos, enfermeras/os y salarios dignos que eviten la emigración desde la sanidad pública a la privada o fuera del país.

Tracking Pixel Contents