Es momento de reconocer

Juan Carlos Tarrago Nesta

Salvaterra de Miño

Reconocer. Es más que una palabra, es la llave maestra que abre todos los corazones. Es tan poderosa que no hace falta pronunciarla para que todo cambie, basta con pensarla. Su mención es suficiente para rasgar el velo que oculta el alma, sacando a la luz las mentiras y las malas intenciones.

Decir: «lo siento, me equivoqué», «perdón» de forma sincera es esencial para remediar la falta de empatía, sirviendo al mismo tiempo de antídoto contra la obstinación. Reconocer, aunque rime con perder, no tiene el mismo significado; asumir un error o constatar que no se actuó con honestidad es ganar.

Vencer al orgullo es un objetivo que debería motivar a los seres humanos; la soberbia nos ofusca, nos empequeñece. Confesar que hicimos algo mal obra el milagro de elevarnos, brillar. Como todo lo bueno, lo que merece la pena es difícil, requiere esfuerzo. Reconocer es fruto de la introspección, de la generosidad.

A esta sociedad adormecida, hedonista, que abomina de la humildad, le convendría aceptar que algo no estamos haciendo bien, detenerse un momento a meditar los errores cometidos. Darse cuenta y reparar el daño causado es la única solución para restablecer el equilibrio natural, evitando caer en el endiosamiento.

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