Proyecto Altri: ¿hacia un neocolonialismo?

Enrique César López Veiga

Enrique César López Veiga

Un buen amigo me recomendó una vez que titulara corto los artículos y que procurase atraer la atención del lector. Creo que habré engañado a muchos lectores que piensan que voy a hacer un alegato en contra de este proyecto industrial. Pues no es así. Vivimos en un mundo donde frecuentemente se realizan descalificaciones a este tipo de proyectos basados en una truculencia ecologista que realiza profecías apocalípticas sobre catástrofes medioambientales que éstos van a provocar. Recordemos que el banco marisquero de Placeres, uno de los principales de Galicia, se encuentra ubicado en las cercanías de la planta de celulosas de Pontevedra y el marisco que ahí se produce no presenta ningún problema de salubridad, como podrá comprobar el que quiera consultando a INTECMAR, uno de los mejores centros de Europa de control ambiental de las aguas.

El hombre necesita alterar el medio ambiente, naturalmente de manera sensata, para cubrir sus necesidades básicas. En las sociedades modernas una de estas necesidades es la de crear empleo de calidad, lo que entre otras cosas se consigue cerrando los ciclos de las producciones autóctonas, como la del aprovechamiento de la riqueza maderera de Galicia basado en el del eucalipto, especie que debe de ser tratada como un cultivo y no para reforestar el monte.

Si Galicia desea desarrollar plenamente su potencial, debe de aprovechar al máximo sus productos naturales como el eucalipto. Es cierto que no es una planta autóctona pero lo mismo que la patata, el tomate, el maíz y una larga serie de especies que han encontrado acomodo en nuestra economía rural, y por ello el ser una especie alóctona no debe de constituir una razón para oponerse a su cultivo racional y controlado.

El crecimiento económico no se logra ignorando los principios básicos de la Economía. Rostow , un pionero en los estudios de desarrollo económico manifestaba que el despegue económico de las sociedades modernas se producía cuando se vencían las resistencias propias de las sociedades tradicionales. Estas resistencias, desgraciadamente, han sido una norma en la sociedad gallega representadas, entre otros, por lemas como “Autopistas Non”.

"Vivimos en un mundo donde frecuentemente se realizan descalificaciones a este tipo de proyectos basados en una truculencia ecologista que realiza profecías apocalípticas sobre catástrofes medioambientales"

Sobre el proyecto Altri se ha exagerado mucho, pero yo invito al lector a hacer una primera reflexión: ¿Son tontos los suecos y los finlandeses? La pregunta resulta pertinente ya que estos dos países producen el 60% mundial de la pasta de papel, por lo que resulta obvio que, si no son tontos como sospecho, estos países consideran que esta actividad es beneficiosa para su economía y empleo. La segunda pregunta es: ¿son los habitantes de esos países unos guarros que se dedican a envenenar ríos y fiordos? Creo que la respuesta es no y por ello quizá haya de concluirse que esta actividad puede llevarse a cabo con unos controles adecuados que aseguren un respeto adecuado al medio ambiente.

Por otra parte, el eucalipto es una especie de crecimiento rápido y por ello tiene la virtud de captar dióxido de carbono de la atmósfera y producir oxígeno a través de la fotosíntesis contribuyendo así a la descarbonización de la atmosfera y a la lucha contra el cambio climático. Naturalmente el cultivo de esta especie debe de tener sus límites y condiciones y es obvio que no toda la superficie de Galicia debe de dedicarse a él y por ello su cultivo ha de estar limitado.

Se ha argumentado que este proyecto, en caso de ir adelante, va a fomentar la expansión del cultivo de eucalipto. Pero supongamos que este proyecto industrial se instalara, por ejemplo, en Portugal. La madera gallega continuaría alimentando esta planta en el país vecino y en este sentido Galicia entraría en una economía neocolonialista donde el monte gallego se dedicaría a producir materia prima, pero la elaboración, el valor añadido, el empleo de calidad y el desarrollo económico se irían al país vecino. Es necesario analizar el proyecto sin tremendismos truculentos y sin esparcir el temor entre la opinión pública. Acostumbrémonos a examinar este y otros proyectos con objetividad, sin demagogias y con sosiego, cosa que es propia de las sociedades maduras. Por otro lado, Altri debería de invertir más en pedagogía e invitar a posibles afectados a visitar lugares donde haya industrias similares a la proyectada, para convencer a la opinión pública que los temores que se esparcen por ciertos grupos, no están fundados. Recomiendo visitar los países nórdicos cuyos habitantes ciertamente no son poco exigentes en materia medioambiental.

ROSTOW, W.W. (1960) The stages of Economic Growth A non-communist manifesto. Cambridge Univ. Press. 179 pgs.

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