¿Y tú qué opinas? Los lectores tienen la palabra

Hombre, mujer, mujer, hombre

Pedro Regojo Otero

Pedro Regojo Otero

Cuando uno lleva muchos años de existencia tiene la experiencia de haber conocido a muchos hombres y mujeres y se siente con cierta autoridad para opinar de las mujeres y de los hombres.

Sé de antemano que me estoy metiendo en un asunto nada fácil, pero no tengo miedo de meterme en el tema.

He conocido a muchas mujeres maravillosas y también a escasas mujeres perversas.

He conocido a hombres fantásticos y también he conocido a hombres vanidosos que se convirtieron en perversos e insoportables. Mi experiencia tiene su veredicto: la mujer es más constante, es más sacrificada y el amor a sus hijos es casi infinito.

Todos conocemos estas chicas sudamericanas y de Centroamérica que están internas en casas españolas, que tienen la valentía de marcharse de su tierra para poder mandar todos los meses un dinero a su mamá para alimentar a sus hijos que dejan en su tierra.

En esas tierras sí que existe el machismo, los hombres embarazan a mujeres jóvenes y después se desentienden.

La mujer madre no se desentiende de sus hijos y tiene que emigrar para sostener a sus retoños.

La pregunta del millón es: ¿quién manda en casa? Mi respuesta es que de siempre manda la mujer y lo que hay que pedir a Dios todopoderoso es que te dé una mujer inteligente y buena, porque así las cosas irán bien.

Cuando esto no ocurre se producirán tensiones que ponen en peligro el barco en que navegamos.

El hombre es más soñador y audaz; la mujer, más realista y tenaz.

Mi experiencia como director general de empresas es que un negocio surcará el mar oscuro de los océanos con una persona creativa y audaz rodeada de mujeres tenaces que harán cumplir los protocolos para que el barco no se desvíe del rumbo marcado, aunque alguna vez hay que hacer zigzags para llegar al destino.

La paciencia es una virtud fundamental para sostener la nave. La mujer suele ser menos paciente y el hombre más. La paciencia es muy importante para el éxito en la vida.

Jesús de Nazaret nos dice en el Evangelio: “El que esté libre de culpa que tire la primera piedra”.

La paciencia es fundamental para saber esperar y saber que todo ser humano puede cometer errores y horrores.

A medida que uno va siendo mayor va ganando en experiencia y dice: “Qué razón tenían mis padres”. El hombre y la mujer, la mujer y el hombre, pueden ser maravillosos si practican el verbo perdonar. No se puede decir perdono pero no olvido. Esto no es perdonar. Perdonar de verdad es intentar olvidar y volver a empezar. La vida es una maravilla y es más sencilla de lo que creemos, pero todos nos empeñamos en complicarla.

Que el Señor nos ayude a navegar la aventura de la vida.

Tracking Pixel Contents