Encontrar la moneda perdida

Pedro Regojo Otero

Pedro Regojo Otero

Los creyentes tenemos en el Evangelio una fuente de sabiduría inagotable.

En esta España en que casi todo el mundo se siente creyente pero no practicante recomendamos leerlo aunque sea unos minutos para ganar esa sabiduría tan necesaria para vivir la vida con plenitud.

El día 16 de agosto decidimos cambiar la playa por la montaña y nos marchamos a la reserva forestal de Los Pozos. Allí hay un merendero formidable donde teníamos reservados mas de treinta cubiertos. En la ida fui con mi hijo Pedro y a la vuelta me trajo mi hija Gabriela. A la vuelta me di cuenta de que me faltaba el audífono de la izquierda y me volví muy preocupado, pues aparte del costo de hacer un nuevo aparato me pasaría unos cuantos días sin él. Gran parte de la familia se había quedado en este lugar dando un paseo y llamamos a mi hijo Pedro para avisarle a ver si el audífono aparecía en el merendero. Cuando hablamos con él nos dijo que había caído en su coche.

Cuando se vive una experiencia en carne propia las cosas ganan el valor que se merecen.

Las vacaciones tocan a su fin y el Congreso de los Diputados está muy dividido y en el Senado, en manos del Partido Popular, nos prometen un mandato convulso y difícil.

Cuánto tiempo perdido para atajar las grandes reformas que este país necesita para evitar que el 90% del mismo tenga que aceptar lo que diga una minoría.

Habrá gente que diga que estamos en un país ideal comparado con Argentina en que la extrema derecha quiere atajar el dislate de una inflación superior al 100%.

Por estos lares ya tenemos bastante con nuestra inflación y con el mayor desempleo de gente joven en Europa.

Volver a empezar es lo que tenemos que hacer todos a pesar de los pesares. El Gobierno de Sánchez está haciendo bueno al Ejecutivo de Zapatero. Quécosas estamos viviendo, quién lo podía imaginar... El señor Puigdemont escapó de la justicia española metido en un maletero y ahora es el árbitro del Gobierno de España. Necesitamos unos políticos que estén a la altura de este gran país que es España.

Barcelona es una gran ciudad, con un paseo de Gracia y una Diagonal de ensueño, que demostró ser una urbe adelantada, pero se ha convertido, con el nacionalismo, en un pueblo en el que la inversión huye de Cataluña por la inseguridad jurídica existente en esa tierra maravillosa. Madrid, con Isabel Díaz Ayuso, es ahora donde el capital extranjero invierte y se está convirtiendo la comunidad madrileña en el nuevo dorado de este país.

Así las cosas podemos decir sin lugar a dudas que “Dios nos coja confesados”. Pero tengamos esperanza, somos un gran país y sus ciudadanos nos harán renacer como el ave Fénix.

*Miembro del Club 55

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