Trabajo para los jóvenes

Antonio Alaminos López

La experiencia dice que hay un desajuste entre el aprendizaje teórico y la realidad del trabajo. Esa brecha hay que cerrarla para lograr un empleo digno, sea público y sobre todo privado, como corresponde a una sociedad occidental como la nuestra. Así que, bien por el acuerdo de la patronal y los sindicatos de subida salarial para tres años. Eso traerá trabajo para los jóvenes.

En el área mesopotámica hallaron unas tablillas escritas de hace unos 4.000 años, en las que decía: ‘el fin está próximo porque nuestros descendientes ya no respetan a sus mayores’. Los tiempos cambian y todo evoluciona. Los problemas actuales no son tan diferentes de los anteriores, también para los que tienen necesidades especiales. Hay que bajarse de los pedestales, ¿cómo?, pues procurando trabajo para los jóvenes.

Cuando se escucha a algunos políticos hablar sobre las excelencias de sus ocupaciones, y las de su partido frente a los otros, suelen presentar fotos y vídeos como la prueba irrefutable de que son mejores que sus contrarios. Las continuas poses no suelen ser, por regla habitual, indicativas del avance del ingenio humano. Pues, vivir cara a las redes sociales, rodeados de promesas y regalos, tampoco son las mejores herencias para las chicas y chicos que llevarán el peso del futuro de la sociedad, se necesita trabajo para los jóvenes.

La educación y la formación sí contribuyen decisivamente a abordar el problema integral del desempleo juvenil. Pero se habla poco de que, cada uno y cada una, usen su vida personal, laboral y social, de manera que les brinden felicidad y éxito. Por ejemplo, mediante la solidaridad, la fortaleza, la adaptación, el adecuado manejo del estrés, la resolución de problemas, la creatividad, la toma de decisiones, la diversidad, el fomento de sus talentos y del espíritu, la ecología o la comunicación, en fin, con trabajo para los jóvenes.

Y los jóvenes, como ciudadanos globales, autónomos, responsables, comprometidos con los desafíos del hoy y del mañana, dentro de un desarrollo sostenible y de la igualdad entre hombres y mujeres, buscan un empleo juvenil adecuado, que además, contribuye a reducir la pobreza, la violencia, la okupación, la marginalidad y la desigualdad de ingresos, es decir, a conseguir un mundo mejor. Por eso, no hay que perder de vista lo esencial en las campañas electorales, y siempre: trabajo para los jóvenes.