Maniquíes
Emmanuel Rueda Gironda
Me gustaría ser un maniquí sin cabeza, con vestido verde y botas negras en Urzáiz. Me gustaría ser un maniquí sin ojos y con pestañas negras caídas en un centro comercial anónimo. Me gustaría ser un maniquí de expresión indiferente, jersey de Navidad y vaqueros rotos hasta los tobillos. Me gustaría ser un maniquí sentado en un bar de belleza, donde te dan agua de rosas para mejorar el colágeno cansado de tu piel. Quisiera ser un maniquí sin boca ni nariz, comprando joyas extrañas que no puede pagar. Quisiera ser un grupo de maniquíes mudos con traje de brillantina que escuchan las noticias sin oídos. Porque mientras ven las rebajas no se enteran de que llueve fuera. Siendo un maniquí en una tienda de uñas, nunca sabrás cuántos trabajadores cobran menos de mil euros. Un maniquí desconoce siempre, cuántas personas viven con ropa prestada y sin color.
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