Mito no hizo caso

Emmanuel Rueda Girondo

A Mito le dijeron que no pusiera las luces largas en su coche. Porque este hábito incrementaba el consumo de energía y las emisiones de CO2. Le dijeron que cogiese el ascensor a oscuras. Le dijeron que se duchase con una vela. Le dijeron que encendiese poco la tele y menos el ordenador. Le dijeron que nada de freír o cocer la comida. Porque todo esto derretiría ambos polos y mermaría la población de pingüinos y linces ibéricos.

También le dijeron que nada de calefacción y más manta. Que el agua fría rejuvenece la piel. Que se olvidase de la piña de Costa Rica y el chocolate del Congo. Porque lo único beneficioso para el planeta es el comercio local. Y sus piñas de Costa Rica en invierno, harían que media Europa se inundase, llegando incluso a Chandrexa de Queixa.

Le dijeron que utilizase la misma ropa para invierno y verano. También la muda. Y así varios años. La misma muda. Finalmente, le dijeron que tirase su coche, donase su piso, dejase la fábrica y se hartase de piñas de Costa Rica. Todo esto pararía el cambio climático. Las autoridades le dijeron muchas cosas. Pero Mito no hizo ni caso.