A uno le da pena ver en qué condiciones está la enseña nacional de la subdelegación de Defensa en Pontevedra: el mástil está deteriorado, la bandera es raquítica y los colores están totalmente desgastados. El primero que se tendría que dar por aludido por esta cuestión sería el propio subdelegado de Defensa. Es inconcebible que la primera institución que tendría que velar por las enseñas del país y por el respeto por éstas, lo tenga que recordar un ciudadano que no es precisamente un militar. Con todos mis respetos a la enseña nacional, espero que ese trapo se elimine cuanto antes y sea sustituido por otro de otras dimensiones y acorde a la historia de este país.