¡Qué grande es ver la Vuelta a España! ¡Qué nervios! ¡Qué potencia!

Posiblemente es el deporte más duro del mundo. En este deporte no hay trampa ni cartón. Si no tienes fuerza: ahí te quedas viendo la carrera. Te animas, sufres, lloras, sonríes ¡Ay!... ¡Ay!

¡Qué emoción! ¡Qué poderío! Tanto los escaladores en las montañas como los sprinters en las metas. Lo que más me duele es cuando hay una escapada de cien o más kilómetros, que te cogen, te rebasan y luego dices: ¡tanto esfuerzo para qué! Hay ciclistas de 35 a 42 años como Alejandro Valverde: ¡qué luchador, que león, qué fiera! Para ser un buen ciclista tienes que cuidarte muchísimo y no permitirte mil cosas. Yo lo sé porque este niño de 80 años que escribe, ha practicado mucho ciclismo.