Por el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años, conocida como “La reina de las reinas” nos damos cuenta de los vínculos estrechos que existen entre la monarquía española y la británica por su parentesco.

Felipe de Edimburgo es tío segundo de Doña Sofía, la madre de nuestro actual rey Felipe VI y al mismo tiempo, es la prima segunda del actual rey Carlos III.

También el rey Felipe VI es primo tercero del Príncipe de Gales, Guillermo, duque de Cambridge.

El rey Alfonso XIII estuvo casado con la reina Victoria Eugenia de Battenberg, abuela del rey emérito Don Juan Carlos y podemos seguir escribiendo para estrechar aún más este parentesco y amistad.

Sobre esta gran amistad, queremos recordar el regalo de la isla de Cortegada al rey Alfonso XIII para que construyese un palacio real y así poder levantar la economía de la comarca arousana.

Alfonso XIII nunca tuvo intención de construir un palacio en la isla citada, su idea era regalarle la isla al monarca inglés Eduardo VII, pues gracias a él, había conocido a su esposa Victoria Eugenia.

Quería regalarle la isla para que el monarca inglés construyese un palacio, pero cuando en Inglaterra se supo de las intenciones del rey español, ya se hablaba de construir un hospital o base, para la marina inglesa que con frecuencia recalaban en la ría de Arousa.

El ejemplo lo tenemos en que las obras del palacio de la Magdalena, situado en Santander, empezaron mucho antes de la entrega de la isla y construir dos palacios era mucho pedir en aquellos tiempos tan difíciles, con atentados de los anarquistas.

Cuando el Gobierno español se enteró de las intenciones del rey Alfonso XIII de regalar la isla, éste se opuso, pues se temía que Cortegada se convirtiese en un segundo Gibraltar.

Por el parentesco, la amistad sigue siendo muy cordial entre estas dos monarquías y Cortegada más carrilexa que nunca.

Fue una idea descabellada de Alfonso XIII, pues la isla estaba a su nombre y no al de la Corona.

Estamos acostumbrados a los escándalos de todas las casas reales y sus comportamientos incorrectos, pero querer regalar una isla (un trozo de tierra) fue el colmo de los colmos.