No hace muchos meses las grandes compañías eléctricas, en busca de un desmesurado beneficio por el alto precio de la energía, vaciaron grandes cantidades de agua de los embalses, los cuales ahora mismo están al límite y muchas zonas de España afrontan restricciones de agua. La expansión del regadío agrava la situación y las aguas subterráneas también escasean. Mientras tanto los políticos, con sus puertas giratorias en esas grandes empresas energéticas y agrarias, se forran autorizando estos desmanes mientras la población sufre sequía. Agua hay mucha en el mar, cada vez más como consecuencia del deshielo por el cambio climático, y habría que empezar ya a establecer estaciones desalinizadoras por toda la costa, alimentadas con energía verde de renovables como la eólica y la solar, y distribuir esa agua desalinizada al interior de la península. Mientras haya agua en el mar, viento y sol, no debería haber problema de escasez de agua.