Mientras en una calle normal coches y peatones van cada uno por su sitio, el Casco Vello de Vigo se ha convertido en una especie de territorio comanche, y eso que se supone que es zona peatonal.

Desde que los bolardos retráctiles ya no controlan el acceso del tráfico, los coches acceden cuando les da la gana. Furgonetas y motos de reparto a todas horas, señales de tráfico que nadie respeta, camiones de gran tonelaje en callejuelas estrechas y los residentes intentando esquivar como puedan y siempre con un ojo avizor por delante y detrás, no será que alguien que se cree en la autopista del Atlántico se lo lleva por delante!

Pero si, Vigo é unha cidade fermosa!