Es un hecho. Solo hay que observarlo. De niños tenemos cara de inocentes o pillos .También reímos o lloramos sin motivo aparente. Sin motivo para nosotros. Todo esto cambia con la edad. De adultos el gesto inicial es serio. Y cuanto mayor seas, más cara de ministro soviético se te queda. Es algo natural. Sabes que esto va en serio. Y que estás llegando al final de tu historia. Hay excepciones. Pero por eso son excepciones. Los abuelos se volvieron serios de tanta guerra civil. Llegaron después las seriedades por las crisis. El COVID. Ucrania. Putin. Trump. Los precios que no pararán de subir. Y saber que te queda menos vida para disfrutar y más para agobiarte, hace que tengas un gesto severo. Y muestras tu severidad al mundo entre arrugas de seriedad. Y se te pone cara de Corea del Norte en plena lluvia.