Hace ya algunas fechas, se nos publicaba un artículo, donde exponíamos nuestra opinión de un no militante del PP, pero que como a cualquier gallego al que le preocupa Galicia, su equilibrio y su gobernabilidad, advertíamos de la dificultad de la sucesión, en base a dos aspectos fundamentales: por un lado el liderato de Feijoo de difícil recambio y por el otro (que ahora cobra vigencia), la fuerte contestación interna del teórico sucesor dentro de su propio partido.

La batalla está dando sus primeros pasos y el presidente de A Coruña, Diego Calvo en recientes declaraciones ha sido explícito, implícito y categórico. Se ha posicionado con claridad y creo, que ello es de agradecer en una política llena de pesebrismo, silencios interesados y miedos inaceptables en Democracia a posibles represalias. El sr. Tellado habla de aparcar ambiciones personales en beneficio de las siglas. Eso está muy bien, pero haría falta saber qué candidato-a beneficia más a las siglas. El mero hecho de haber sido o estado de número dos o tres, no garantiza el éxito electoral y aquí el favoritismo lo dan las urnas y lo deben bendecir los militantes.

Desde Ourense, con otro estilo más ambiguo y pleno de retranca, Baltar también ha elevado la voz, de Lugo no se tienen noticias relevantes al carecer de alternativa y en Pontevedra el miedo guarda la viña aunque en privado se percibe una sima difícil de salvar sobre todo tras las primarias de Vigo que han dividido aún más a un maltrecho PP que sigue sin encontrar una clara referencia que opte con garantías a la Alcaldía y ejerza con mano firme un liderazgo no sujeto a dependencia provincial.

Cuando las aguas empiezan a bajar revueltas, creo que lo más inteligente es buscarles un remanso que las tranquilice, para que desde la reflexión y la serenidad darles un cauce que no produzca destrozos.

Sigo viendo como la mejor salida un-a presidente de la Xunta de transición, de perfil neutro, de prestigio y con experiencia institucional para gestionar esa transición y pilotar un congreso extraordinario a medio plazo que abra el abanico a los-as posibles candidatos-as. Pensar en un candidato a dedo o en base a los servicios prestados, orientar desde la cúpula un recambio o no entender que el toro a lidiar en Galicia con Feijóo ausente es de mucho calado como para frivolizar, no tener autocrítica o intentar que te metan con calzador es el camino más corto para dinamitar todo el capital político que el presidente Feijóo ha acumulado en sus cuatro presidencias y abocar a tu partido a una muy larga travesía del desierto. Por tanto, el sr. Tellado debiera pulsar la realidad y entender que el candidato oficial del Partido quizá no sea la mejor opción de futuro para las siglas que representa.

Las palabras consenso, idoneidad, reflexión aséptica y sobre todo DEMOCRACIA INTERNA, deberían guiar la sucesión solemne del presidente Feijóo, que lo ha sido tras unas primarias con cuatro candidatos, que dejaron certezas y muy pocas heridas. Dejaron un claro liderazgo, ya que no hay nada mejor en democracia que someterse con gusto al refrendo libre y sin coacciones o pasteleos de los militantes. Eso fortalecerá al PPdG, a Galicia y al sr. Feijóo por ende en su camino a la Presidencia del Gobierno de España.