Dice un proverbio chino: “Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado”. Sabias palabras, extinto 2021, que resumen una filosofía de vida que debemos aplicar a tu detestable conducta, con la razonable esperanza puesta en tu sucesor natural: el año 2022.

Siguiendo el comportamiento de tus predecesores, se repitieron los mismos hechos: miles de migrantes continuaron perdiendo la vida en el mar antes de llegar a nuestras costas, a razón de cinco por día. Decenas de mujeres –en el 2021 han sido 43– víctimas mortales de la violencia de género, cuya lacra ha dejado huérfanos de madre a una treintena de niños. Además de seis menores asesinados, víctimas de la violencia vicaria.

La pandemia del COVID-19, y sus variantes –de seguir así, el alfabeto griego se va a quedar corto–, ha causado estragos entre la población mundial. Y continúa. La borrasca Filomena llegó a colapsar Madrid y otras zonas de España con una nevada insólita. Asimismo, en la isla de La Palma, el volcán de Cumbre Vieja ha desatado toda su furia, engullendo viviendas unifamiliares, naves industriales, plantaciones, carreteras…, convirtiendo la isla en un verdadero infierno. El precio del megavatio hora se ha disparado, haciendo que saltaran chispas al recibir la factura. El aumento de las agresiones homófobas –algunas con resultado de muerte– no ha dejado a nadie indiferente…

Y podíamos seguir así hasta el infinito. Definitivamente, has sido un año funesto, que quisiéramos olvidar. Pero, por respeto a todas las víctimas y a sus familias, te recordaremos como uno de los peores años de nuestra vida. ¡Bienvenido, 2022!