Tribuna

Justicia favorece el sesgo de clase en las oposiciones

Juan José Yáñez Pena*

Preparar unas oposiciones, además del evidente esfuerzo personal, supone un gran desembolso económico. Durante años, el opositor debe vivir de sus padres o de su pareja mientras dedica ocho horas diarias a la preparación de sus exámenes, así como pagar a preparadores o academias y adquirir temarios y actualizaciones que no son nada baratos.

Acertadamente, el Ministerio de Justicia ha acordado crear unas becas para permitir que personas de pocos recursos puedan también preparar oposiciones a juez, fiscal, abogado del Estado o letrado de la Administración de Justicia. Sin embargo, esas becas serán muy pocas, y el ministerio, por la vía de los hechos, está dificultando cada vez más el acceso a plazas públicas a las clases populares, simplemente no convocando las oposiciones.

Actualmente, el Ministerio de Justicia tiene pendiente de convocar las plazas correspondientes a las ofertas de empleo público de 2019, 2020 y 2021 del Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia así como las de los Cuerpos Generales. Son tres años de espera, sin que los opositores puedan presentarse siquiera a un examen. Son plazas aprobadas, no suponen coste alguno ya que el proceso se financia con sus tasas, y los puestos están ya ocupados por interinos. Sin embargo, el ministerio, por desidia o por no se sabe qué motivo, no acaba de publicarlas, y van pasando años y años, que se hacen muy cuesta arriba especialmente para aquellos de menos recursos. Ni siquiera pueden intentarlo. Al final solamente podrán quedar los opositores pertenecientes a familias acomodadas.

Esa situación es impropia de un Gobierno progresista y, sin embargo, tiene muy fácil solución. ¡Señora ministra, saque ya las plazas!

*Letrado de la Administración de Justicia

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