Entre el volcán que sigue haciendo estropicios en La Palma, la COVID, los precios de la luz… ahí estamos haciendo frente a nuevos cambios, algunos llegan sin saber el porqué y no tiene sentido preguntar motivos o buscarlos… Simplemente toca enfrentarse a ellos. Cuesta decidir si lo acertado es seguir o elegir el camino fácil, como otros hicieron… Puede que sea ilusa, loca, insensata… pero me he puesto montera, capote y espada, y al ruedo salgo. Se presenta una faena complicada, pero no desistimos. Duele ver como frente a la adversidad el gremio del profesorado se encuentra solo, permitiendo a la sociedad maltratarlo, insultarlo, acosarlo… sin olvidar cosas peores…

Hoy les pregunto en voz alta, presidente de Galicia y presidente del Estado Español: ¿dónde están cuando se les pide que nos den los medios para trabajar? ¿Por qué permiten lo que está pasando? Siento decirlo, pero son tan culpables como todos esos jefes territoriales e inspectores/as que esperan al peor desenlace antes que poner medios.

Es vergonzoso que elijamos ciertos puestos o cargos para estar sentados en una silla. No me cansaré de decírselo: “Levántense de esa silla y hagan algo”. Cierto que no son las palabras de Jesús a Lázaro cuando le dijo: “Levántate y camina”.

Díganme ustedes: ¿dónde están los medios para ayudar al alumnado con mayores dificultades? ¿Cómo nos mandan a la batalla sin medios y recursos para poder ayudar? ¿Qué tiene que pasar, queridos presidentes, para que hagan algo?

Hoy recuerdo las palabras de un viejo conocido que anda disfrutando de la jubilación tempranamente. Y que decía: “En educación hacen falta buenos políticos/as para defender el gremio”. Siempre me pareció una persona irónica, pero visto lo visto, tenía razón. Al fin de cuentas la educación es un gremio maltratado.

Presidentes, les hablo de conceder apoyos a los centros, ya que nos enfrentamos a más problemáticas, necesidades y no pueden pretender que nos clonemos, cuando lo que precisamos son recursos humanos. La otra opción es esperar a que pase algo. Qué poca ética tienen cuando nos dejan al frente de las dificultades solos, sin recursos… Me niego, señores, a ceder ante el miedo. He llegado a mi profesión con ilusión, amor, esperanza y con el sueño de ver a las futuras generaciones crecer, enfrentarse a la vida y algún día ser esa barca que plegará sus velas, sabiendo que hice todo lo que estaba en mis manos. Pero ahora díganme ustedes: ¿qué van a hacer, presidentes?