Máxima audiencia

Es un fenómeno actual. Me imagino, traído de Norteamérica o algún que otro estado fallido. Se utiliza una y otra vez. Lo suelo ver cenando tortilla y una caña. Es muy divertido.

En la tele aparece una chica. Morena o rubia. Supermodelo. Operada por más lugares de los que puedo imaginar.

A la chica la cuelgan de un cable y una estructura metálica a doce metros de altura. Y le toca hacer de Tarzán sin gritar. A veces también la hacen pinchar una aceituna con la pala de una excavadora. Está muy en boga. O tirar de un seiscientos lleno de melones con un cabo entre sus dientes. También pueden atropellarla con un Tiguán para ver si le pasa algo. Varias veces. Y nunca le pasa nada, claro.

Meterla atada de manos y pies en un tanque de agua es otra opción.

Si les dejas, lo mismo la lanzan al volcán de La Palma. Será por lava... Seguro que aumenta la audiencia.

Es una pena que yo no tenga ni idea de cuántos tipos de Barbies actuales hay. Barbie equilibrista, Barbie soldado, Barbie camionera y Superbarbie.

Unos personajes perfectos con más poderes que el Sultán de Brunei.

Extraños ideales de belleza de una pasarela plagada de carcoma. Destrezas de un paraíso ajeno que nunca existió.